No es que sea mi deporte favorito, pero llevo varios días leyendo por diferentes
foros las opiniones que se tienen acerca de este nuevo disco de DREAM THEATER.
Sandeces, gilipolleces y despliegues de líneas sin ningún sentido y cargadas
de incoherencias  aparte, hay algo en común, y es que “Octavarium” no ha gustado
a todos por igual. ¿Sorprendido? La verdad es que no, es más, le da a este disco
un valor añadido de cara al oyente menos persuasivo. DREAM THEATER no compone
discos para que le guste a todo el mundo, algo imposible por otra parte, DREAM
THEATER, como muchas bandas grandes y no tan grandes, hace discos a su gusto,
después lo seguidores lo aceptarán y lo tirarán por la ventana; pero es lo que
hay. Ellos han creado escuela, posiblemente sea una de las bandas más técnica
que existen, es la única formación de metal progresivo en una multinacional,
llevan ya varios años en esto y siguen una evolución propia con indiferencia
a lo que pasa a su alrededor; es decir y en otras palabras, hacen lo que les
viene en gana porque ya no tienen que demostrar nada a nadie. Además, “Octavarium”
podrá gustar más o gustar menos, ser uno de los mejores discos de los neoyorquinos
o de los peores, pero hay que saber leer entre líneas y saber captar que, una
de las virtudes de esta banda, es que nunca han grabado dos discos iguales.
Son capaces de cambiar las directrices de su propia música expuestas en su último
disco y cambiarlas para el siguiente en una franja temporal casi minúscula si
tenemos en cuenta los tropecientos mil proyectos y trabajos individuales de
por medio, y eso, hoy en día, se da en raras ocasiones.

Pero dejémonos de charlas, comencemos a hablar del contenido de “Octavarium”
(progresivo, metálico y complejo por supuesto), que a día de la publicación
de esta reseña muchos serán los que ya lo han oído y tendrán su opinión formada
sobre el mismo, opiniones tan diferentes y dispares como personas lo hayan escuchado.(señores,
esto es lo bonito de esta música)

“The Roots Of All Evil” (VI. “Ready; VII. “Remove”) abre la veda para la degustación
de un nuevo disco de este quinteto. Musicalmente encontraremos elementos de
su anterior “Train Of Thought”, y de su antepenúltimo, pero en menos instancia,
“Six Degrees Of Inner Turbulence”, es más, hay melodías calcadas que se toman
prestadas del estribillo de “This Dying Soul” (IV. “Reflections of Reality”;
V. “Release”) de su anterior obra. Pero es que ésta a su vez, tenía su inicio
conceptual en el tema de apertura del citado (e infravalorado) “Six Degrees 
Of Inner Turbulence”, es decir, “The Glass Prison” (I. “Reflection”; II “Restoration”;
III. “Revelation”). La típica rayada de cualquier grupo progresivo del que os
habréis percatado si tenéis los discos originales (algo en peligro de extinción
en la época en que vivimos). Desde la primera escucha, convirtiéndose en una
cualidad que seguirá a lo largo de los más de 75 minutos de duración de este
álbum, nos damos cuenta que la guitarra del señor Petrucci delega su protagonismo
a los teclados de Jordan Rudess. “The Answer Lies Within” es la siguiente en
aparecer, una balada melancólica con un James LaBrie muy inspirado, y con un
conseguido trasfondo a base de cuerdas. No llega a los niveles de “Hollow Years”,
“Another Day”, o “Through Her Eyes” por decir algunas, pero es más que efectiva
(palabra que en DREAM THEATER es mucho), y no desentona ni baja el nivel del
disco. A continuación, “These Walls” nos devolverá a los tiempos del “Falling
Into Infinity” (es más, la anterior balada me recordó en sus primeras escuchas
a “Anna Lee”), un disco muy infravalorado incluso a día de hoy, y de los que
pululan varios elementos en este “Octavarium”. “These Walls” es un tema a medio
tiempo en sus estrofas y puentes, pero levanta su intensidad en el estribillo,
y donde de nuevo se ausentan los grandes y exorbitantes alardes de virtuosismos;
las diabluras típicas de la guitarra de Petrucci quedan opacas para dar paso
a unos solos lentos, marcados y sentimentales.

“I Walk Beside You” sorprenderá a más de uno por su cercanía a la comercialidad
y por ese toque en el estribillo típico de U2. La banda de Bono, aunque diste
mucho de la música que solemos oír, ha sido una banda muy influyente directa
o indirectamente pese a que nos cueste reconocerlo, desde DREAM THEATER (seguidores
confesos) hasta Michael Kiske o TYPE O NEGATIVE por decir algunos. Aunque dicha
canción tenga estas reminiscencias, DREAM THEATER en buena medida, saca adelante
un gran tema, con una lograda melodía vocal. La crudeza viene de la mano de
“Panic Attack” y del tema “Never Enough” que le sucede, que con toda seguridad
se convertirán en dos de los cortes más explotados de este “Octavarium”. De
nuevo aparece la caña, intensidad y aceleración de canciones del “Six Degrees
Of Inner Turbulence” y “Train Of Thought”, y por primera vez escuchamos, aunque
de forma comedida, esas típicas cascadas de notas (unas 200 por segundo) de
Myung, Rudess y Petrucci a toda velocidad y al unísono a las que nos tienen
acostumbrados. En ambos temas podremos hallar similitudes con un grupo tan dispar
como lo es MUSE, pero, cuidado, porque por un par tintes musicales o unas meras
melodías vocales en las que LaBrie usa efectos y falsetes que se asimilan a
la característica voz de Matt Bellamy, no hay que afirmar rotundamente y en
un sentido amplio, que Portnoy y compañía suenan igual a MUSE. Estos dos temas
mezclados con la solvencia y estilo propio que esta banda ha ido labrándose
a lo largo de los años, suponen desde mi punto de vista, un elemento sorpresa
y novedosos en el contexto de este trabajo.

Para dar por terminado “Octavarium”, graban DREAM THEATER las dos canciones
con más duración, “Sacrificed Sons” (casi once minutitos) y la propia “Octavarium”
(veinticuatro que se pasan en plis plas). La primera de ellas, tras muchas escuchas
(muchas han sido las que servidor se ha pegado para atreverme a realizar esta
reseña de la manera más fidedigna posible), se me antoja como la mejor de todas.
En dicha canción nos encontraremos con todos los elementos usuales de DREAM
THEATER: melodía, sentimiento (sí, sí, sentimiento), cambios de ritmos, desarrollos
instrumentales donde muestran su amplio abanico de posibilidades técnicas, aunque
como ha sido constante en este álbum, con Rudess como maestro de ceremonias,
y un LaBrie que cada día va más, recuperándose por tanto, de su lesión vocal
de hace diez años atrás. Las patentes del tema título son las mismas, aunque
tienen en su favor esa introducción atmosférica a lo PINK FLOYD en sucesión
con una melodía principal de flauta, y unos adornos de cuerdas que acolchan
de forma lánguida y soberbia los puteados melancólicos y oscuros de Petrucci
en todo el desarrollo del tema, sobre todo en su tramo final que es para quitarse
el sombrero ante tal desparrame de melodías profundas e intensas. Vuelve el
canadiense a mostrar su versatilidad vocal de forma antológica, y con más presencia
que en otros temas de larga duración que haya grabado DREAM THEATER  como banda.
En definitiva, dos buenos cartuchos es lo que nos tenían reservado los norteamericanos
como cierre de sesión, quedando patente que este quinteto no solo formulan su
reiterativo metal progresivo a base de complicadas ecuaciones matemáticas musicales.
 

Hasta aquí la reseña del sucesor de “Train Of Throught”, un sucesor digno,
cargado de variedad, demostrando que a los miembros de este grupo no les importa
dejar aparcado su ego si con ello se evoluciona, refuerzan su faceta creativa
y, en definitiva, se componen grandes temas. Sacad vosotros mismos vuestras
propias conclusiones. Como decía al principio, algunos comenzarán a salivar
como el perro de Pavlov ante este disco, y otros, a los que se le tiene que
guardar el mismo respeto por sus gustos, les resultará tan interesante como
un boniato en un plato liso. Pero que a nadie le quepa duda que DREAM THEATER
siguen en la brecha, y que aún les queda muchos años para empezar a cojear.
¿”Octavarium” es de los mejores discos de DREAM THEATER?. Esperemos que pase
el tiempo, y lo veamos desde otra perspectiva. A día de hoy se confirma como
un gran disco, de una gran banda.

Satur Romero

Grupo:Dream Theater

Discográfica:Atlantic

Puntuación:8.7

Canciones:

    1. The Roots Of All Evil
    2. The Answer Lies Within
    3. These Walls
    4. I Walk Reside You
    5. Panic Attack
    6. Never Enough
    7. Sacrificad Sons
    8. Octavarium

Año:2005

Votación de los lectores:8.73585