Northland: Northland

Las modas son las modas y el viking metal, desde hace ya unos años, es la que impera y sucede al rock escandinavo o al power metal. Ahora toca viking, y la proliferación de bandas va en auge evidente, posiblemente seguirá así hasta la saturación. Eso no quita que haya propuestas interesantes, y hay que destacar especialmente las que salen de nuestras tierras. Es el caso de los barceloneses-badaloneses Northland, voluntarioso combo que han pasado a ser una de nuestras bandas más internacionales. Su ópera prima, lo que nos ocupa, ha calado bien tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. No es para menos, están a nivel internacional.

Que nadie se lleve a equívocos, a pesar de los ecos Ensiferum esta gente no cae en los tópicos y no tratan sus letras de dioses escandinavos. Sería absurdo que alguien de Badalona te cantará sobre Loki. Musicalmente el grupo posee unos riffs que conectan especialmente con las melodías irlandesas y les imprimen la velocidad típica del Battle Metal. Pau posee unos registros perfectos para el estilo y un inglés perfecto. A pesar de que por momentos el disco cae en algo de linealidad, destaca el gran nivel y la composición de muchos de los cortes.

Destaca especialmente “Immortal Forest Song” y la festiva “Northland”, muy trabajada con esos coros a teclado envolventes imprimiendo épica. Hay atmósferas norteñas y una gran riqueza instrumental en todos los cortes. Dani demuestra un gran dominio del doble pedal en la frenética “Revenge”, y violín y teclados están bien combinados, siempre sumando. En algunos momentos la banda se asemeja a lo que ofrecen los Eluveitie del último compacto. Por momentos las melodías folk irlandesas pueden recordar a los terrenos de rock celta de Gary Moore o los Thin Lizzy, sólo que atacados por Ensiferum o Turisas. Para entendernos, suenan mucho más agresivos que unos Korpiklaani. Destaca también el teclado de Pol, capaz de solear como la guitarra.

“Distant Land” es la balada que rompe con la tónica, pero la voz de la chica y los coros, siendo quisquillosos, son algo mejorables. Eso no quita que sea un corte acertado y atractivo. La épica “Withering Rose” demuestra todas las muchas posibilidades de la banda. Pasan del folk templado a arrebatos vikingos agresivos. La banda ha regrabado “Revenge” y “Where Heroes Die” de sus anteriores demos, y la verdad es que han ganado mucho.

En revistas extranjeras les han puesto el cartelito de más de lo mismo, y puede que las influencias les pesen, pero como primer disco, y viendo que son capaces de tocar por todos sitios y ser teloneros de todas las bandas folk y viking que vienen por aquí, creo que han demostrado sobradamente su valía y posibilidades. Les falta quizá imprimirle a su música algo más de personalidad, pero este disco es un perfecto ejemplo de que el combo es capaz de ofrecer una calidad profesional y de que están un peldaño por encima de la mayoría de bandas que corren por aquí. Seguramente les empezaremos a apreciar por aquí cuando en Europa se los valore. Siempre andamos a la cola de todo…