Cinderella: Night Songs
Existe una concepción de los años ’80 en lo que a Hard Rock se refiere que suele ser totalmente errónea. Se suele asociar la época a un cúmulo de bandas con bien poco a decir y mucho que lucir que repetían una y otra vez los mismos esquemas, dictados entonces por las discográficas que querían sus propios Motley Crue, sus propios Poison y sus propios Bon Jovi. Pero dentro de ese círculo vicioso y repetitivo, había bandas que ofrecían algo diferente –aunque terminarían atrapados en la misma estructura de márketing y publicidad que muchos de sus congéneres con la MTV ejerciendo su poder a máximo nivel. No solo había TRIXTERS, DANGEROUS TOYS, LONDONS, ODINS y demás bandas de glam-metal, sino que también había GREAT WHITE y CINDERELLA como máximos exponentes de una vuelta a las raíces más rockerasy blueseras de la música. Evidentemente, CINDERELLA no eran la reencarnación de CREAM ni FREE ni ninguna otra de las míticas bandas británicas que dieron un barniz más duro al blues tal y como se conocía allá por los ’60, pero si que ofrecieron algo que parecía perdido en esos años: música hecha con el corazón y con sustancia. En una época en la que hasta WHITESNAKE se vendieron por completo a los pelos cardados y a los videoclips flashies para la MTV, CINDERELLA fueron un más que bien recibido añadido a la parrilla de artistas americanos que conquistaban listas en la época.
CINDERELLA se formaron a principios de los ’80, después de que el vocalista Tom Keifer conociera al bajista Eric Bittingham en un club de Maryland. La banda añadió poco tiempo después al guitarrista Michael Shermick y al batería Tony Destra, con quienes se llegaron a grabar algunas demos en 1983 y 1984. Poco tardaría en ser sustuido Shermick por Jeff LaBar y Destra por otro batería llamado Jim Drnc. Con ésta formación, la banda consiguió cautivar a visionarios como Gene Simmons y Jon Bon Jovi, aunque sería éste último el responsable de conseguir un contrato con Polygram para la banda. Fue entonces cuando la banda se puso manos a la obra para preparar su disco debut, para el cual se dieron cuenta de que el batería del apellido impronunciable no servía. Drnc fue debidamente enviado a paseo, ya que los baterías y los estudios de grabación suelen ser la alianza más difícil de todas las que se dan en el mundo del rock. CINDERELLA, que debían estar ya de los nervios con tanto cambio, utilizaron al batería de sesión Jody Cortez, que había pasado por bandas como STONE FURY. Y como caído del cielo, justo a tiempo de realizar las fotografías promocionales para la carpeta del disco, apareció Fred Coury, quien había entrado en contacto con el sello Polygram Records meses antes debido a su participación en la pre-producción del “The Ultimate Sin” de OZZY OSBOURNE, sustituyendo a Randy Castillo en la banda del madman. Una cosa llevó a la otra y Coury, hasta donde se sabe, sigue siendo a día de hoy el batería de CINDERELLA. Nombre que, por cierto, la banda ha admitido haber robado de una pelicula porno llamada “Sinderella”, en plan sevillano seseante.
“Night Songs” fue el disco que salió de todo ese caos típico de los años formativos de cualquier banda que se precie. Editado en 1986 se trató de todo un acierto por parte de Polygram (y de Jon Bon Jovi, que debió llevarse su parte aunque con menos escándalo que cuando hizo algo similar con SKID ROW). Pronto, CINDERELLA estaban en boca de todo el mundo, teloneando por Estados Unidos a DAVID LEE ROTH y los propios BON JOVI, algo que hizo que las ventas se dispararan hasta niveles inimaginables para una banda que acababa de debutar en el mercado. Evidentemente, el tono bluesy del disco ayudaba a separar a CINDERELLA del montón y los fans supieron ver esa no demasiado sútil diferencia respecto al resto de bandas de la época, resultando eso en una gran atención por parte de la MTV hacía los videos de “Shake Me” y “Nobody’s Fool”. Y, como una pelota de nieve, la cosa fue creciendo y creciendo.
No obstante, “Night Songs” es probablemente el disco más cañero de CINDERELLA. Incluye canciones muy metálicas como “Hell On Wheels” – cuyos coros podrían haber sido firmados por NITRO- pero con profusión de slide guitar para dejar claro que ellos no son una banda más, la rockera “Somebody Save Me”, la riffera “Push, Push” o la mád-dura-que-el-acero “Back Home Again”, pero también incluye los singles obvios como los referidos “Shake Me”, “Nobody’s Fool” y otros temas más perdidos en tierra de nadie como “Once Around The Ride”. Ante todo, el punto más destacable del disco es la voz de Tom Keifer. Si alguien creía que tan solo Brian Johnson de AC/DC podía tener un timbre vocal tan imposible, estaba equivoado. Keifer era desagradable y curioso a la vez, consiguiendo una voz que, si más no, pasaba a ser “atractiva”.
En cualquier caso, CINDERELLA perduran porque fueron diferentes, dentro de la homogeneidad estética que reinaba en la época. Supieron distanciarse musicalmente de sus competidores y, como mínimo, consiguieron un puesto en la memoria colectiva firmando discos que si bien ya nunca serian tan directos y aplastantes como “Night Songs”, seguirían siendo de lo mejor que se editó en los 80. Pero de eso hablamos en otra ocasión…
Sergi Ramos
Grupo:Cinderella
Discográfica:Polygram
Puntuación:8.2
Canciones:
- Night Songs
- Shake Me
- Nobody’s Fool
- Nothin For Nothin
- Once Around The Ride
- Hell On wheels
- Somebody Save Me
- In From The Outside
- Push Push
- Back Home Again
Año:1986
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