A día de hoy, existen muchos músicos que han hecho suyo el
cliché de “mi próximo disco va a ser un cambio radical y un nuevo inicio en
mi carrera”. Gracias a toda esa colección de mercaderes de la palabreria barata
al servicio de composiciones mediocres, he tenido mis dudas a la hora de escuchar
el nuevo disco de Glenn Hughes. A cada disco que hace, siempre comenta que ese
va a ser el mejor, el más profundo, el más diferente… Y una vez más, lo ha
conseguido. Para escuchar “Music For The Divine” hay que tener la mente abierta
y no tener demasiados complejos a la hora de hacerle un hueco en tu alma al
disco de un músico que, en contrapartida, ha ofrecido su alma, su corazón y
hasta su salud en pro de la música. Esto no es como escuchar el nuevo disco
de Michael Kiske, donde la profundidad suena forzada o al menos, no tan sincera.
Glenn Hughes se lo cree, lo vive, se expresa como nadie a través del canal en
el que emite mejor que nadie: la música.

Si “Soul Mover” fue un  paso en una dirección algo más funk, “Music For The
Divine” nos muestra a Glenn Hughes camino de una linea algo más intimista, con
trazos sinfónicos en las instrumentaciones y con un aire a cantautor en plena
catársis musical en lugar de ese sabor a banda de rock n’ roll setentero que
podía guardar “Songs In The Key Of Rock” o los momentos más duros de “Soul Mover”.

Si hemos de comprar éste disco con algo previamente editado por Hughes, deberíamos
compararlo con “Feel” o “Addiction”, los dos discos que marcaron el fin de su
crisis personal y el exorcismo de sus demonios antes de rehacer su carrera de
manera total y absoluta, proceso que ya comenzó con “From Now On”. De todos
modos, el tono empleado en “Music For The Divine” es más positivo, pese a que
el dramatismo es uno de los matices más notables del sonido general del disco.
El primer tema, “The Valiant Denial”, sirve como introducción a la obra, con
un trabajo de guitarras por parte de JJ Marsh que pese a la escasa distorsión,
hipnotiza. Seguidamente, podemos escuchar “Steppin’ On”, un tema funk con mucho
groove, justo lo que a Glenn le gusta. Los efectos de su bajo mientras canta
son de lo más retro que he escuchado en mucho tiempo y concuerdan con la manía
de Glenn de recuperar el sonido setentero a toda costa.  El disco prosigue con
“Monkey Man”, un tema algo más rockero, pese a que la estructura de la percusión
es descaradamente funk una vez más. Se nota que Chad Smith no es precisamente
un batería de black metal. El feeling que desprende en cada tema es alucinante.

En la vertiente más profunda del disco, Glenn se explaya con canciones emocionantes
como “This House”, “Frail” o la versión ya conocida de “Nights in White Satin”.
Por otra parte, su lado más movidito queda expresado sobradamente con “You Got
Soul”, “Black Light” o “Too High”. Es curiosa la manera en que Glenn ha intercalado
temas funkies y temas más tranquilos, así que la escucha completa del disco
no es nada somnoliente, sino que mantiene al oyente en todo momento despierto
y pendiente de la próxima vuelta de tuerca del señor Hughes.

Vocalmente, que decir? Sigue estando “on top of his game”, que dirían los ingleses.
El trabajo que han realizado a su alrededor JJ Marsh, el mencionado Chad Smith
y el “colaborador” John Frusciante es simplemente angelical. Ojalá siga por
muchos años. Discos como “Music For The Divine” prueban por enésima vez que
cuando uno es bueno, lo es cuando lleva 10 años, 20 años y hasta 30 o 40 años
de carrera. Brillante.

Sergi Ramos

Grupo:Glenn Hughes

Discográfica:Frontiers / Mastertrax

Puntuación:9.7

Canciones:

    1. The Valiant Denial
    2. Steppin’ On
    3. Monkey Man
    4. This House
    5. You Got Soul
    6. Frail
    7. Black Light
    8. Nights In White Satin
    9. Too High
    10. This Is How I Feel
    11. The Divine

Año:2006

Votación de los lectores:5.08333