Zinkin Prim: Mundo Cucaracha

Puesta de largo en toda regla la de estos Zinkin' Prim con su segundo trabajo titulado MUNDO CUCARACHA, con una preciosa y lujosa edición en digipack y contando con los reputadísimos Fernando Montesinos (¡habitual de Paulina Rubio!) en la producción y Bori Alarcón en la masterización. Si ya consiguieron cierta repercusión con MABEL el pasado 2006 aquí parece que las cosas van totalmente en serio y quieren pasar de promesa estatal a candidatos de firme realidad.

Si uno no escucha con atención puede llevarse el error de creer que son una banda más de las muchas de rock estatal, con influencias punkies ayudados por una inversión y colaboraciones de lujo. Pues no, si uno escucha con atención el disco apunta grandes ideas, grandes estribillos y unas letras que funcionan perfectamente y van desde la crítica social al costumbrismo urbano del día a día.

La primera escucha engaña algo pues son 14 temas, algunos excesivamente largos que podrían funcionar mejor sin necesidad de repetir tantas veces el estribillo y con una influencia punk que pesa y destaca, pero si uno lo escucha en calma, libreto en mano, apreciará que el trabajo realizado por el cuarteto madrileño es más que destacable. Las iniciales “El rastro del amor” y especialmente la cachonda “Peso en la cabeza” poseen estribillos que te quedan marcados y que posteriormente vas a tararear, y sinceramente, hace muchos años que no me pasaba con una banda estatal. “Quiero mimarte” es puro R'n'R con un deje en la entrada a los Suaves pero si quieres un estribillo definitivo y un tema estrella estaríamos hablando de “No vas a tener casa en la puta vida”. Dicho tema rompe la linealidad inicial y arranca con un patrón cercano al rap (aproximadamente…) con ese estribillo y esa temática-denuncia que sufrimos todos. Para mi gusto el corte funcionaría mejor sin tanto estribillo, pero lo conseguido hará que sea uno de sus grandes momentos en sus directos. La voz de Carlos Almendro no es nada del otro jueves pero encaja perfectamente en el estilo de rock urbano y está perfectamente arropada por los funcionales coros de apoyo que pueblan todos sus temas.

Las baladas “Recuérdame” (con teclado Hammond y todo) y “El pasado murió” son sus incursiones dentro de los tiempos pausados y de sonidos más accesibles y, pese a que quizá se muevan más cómodamente dentro del rock, funcionan perfectamente. Más punk es “Hacienda”, tanto por temática, por rabia como por los riffs básicos. Grandes estribillos los de “La culpa fue de Adán” (un riff muy a lo Suaves) y en la declaración de intenciones que es “Esto es R'n'R” (a buen seguro, todo un clásico para el grupo). La curiosidad la pone la gran versión de “Angelitos Negros” popularizada antaño por la máquina de hacer Antonios: Antonio Machín.

Lo que en un principio parece una banda más de rock urbano básico sin nada especial termina por convencerte, escucha tras escucha, y viendo como las gastan no es descabellado llegar a pensar que con un par de discos más cuenten con numerosos seguidores y sean una banda muy a tener en cuenta dentro del panorama estatal. Falta verles en directo, quizá telonear a alguno de los colosos del rock patrio y una consiguiente gira propia ayudasen a estos chicos de la capital a demostrar su valía, en disco ya está más que demostrada.