Rush: Moving Pictures
Camisa de once varas. Intentar seleccionar un disco clave de una banda de tal magnitud dentro de su, ya de por sí, universo sonoro, es eso; meterme donde no me llaman. Porque, no se a vosotros, pero solo pronunciar el nombre de RUSH me produce el mismo respeto y admiración que los grupos míticos de nuestra música, dígase DEEP PURPLE, LED ZEPPELIN, JIMI HENDRIX, y un largo etcétera por suerte. RUSH son únicos e inmensos. Pero, por otro lado, sería imperdonable que esta web no se acordara de estos canadienses más allá de sus publicaciones recientes, que dicho sea de paso, desde su renacer con “Vapor Trails” del 2002, todo se ha limitado a un triple disco en vivo (“Rock In Rio”), un recopilatorio (“The Spirit Of The Radio”) y un disco de versiones (“Feedback”), amén del DVD que publicarán para celebrar sus 30 aniversario. Ahí es nada. Al igual que muchas otras bandas, RUSH, según que características musicales más marcadas y elementos más dados a incluir en sus composiciones, pueden “dividir”, en cierto modo, su extensa discografía en varios periodos; motivo por el que, como decía al principio, escoger solo un álbum es pecar de falta de representatividad. Así que, después de calentamientos cerebrales múltiples e insanos, tengo que confesar que he optado por el camino fácil al elegir este “Moving Pictures”, un trabajo que marcaría un nuevo rumbo para este trío por el éxito alcanzado a nivel masivo. Con toda seguridad su cenit particular, independientemente de las nuevas tornas musicales que ya comenzaron a plasmar en su anterior “Permanent Waves”, que, dicho sea de paso, encontró en su tema de apertura, “The Spirit Of Radio”, un éxito radiofónico.
Toda historia tiene un principio, y antes de adentrarnos en la obra protagonista de esta reseña, no estaría de más comentar los inicios y andaduras de esta formación hasta llegar cronológicamente a dicho trabajo. El line-up original de RUSH lo formaron en 1968 en Sarnia, Ontario, John Rutsey a la batería (un hermano suyo fue quién sugirió el nombre de RUSH), Alex Lifferson a la guitarra, y Jeff Jones a la voz y al bajo, quién permaneció pocos meses en la formación, antes incluso de que se grabara su disco debut, siendo sustituido por Geedy Lee (según su DNI, Gary Lee Weinrib). Ya con este último en el seno de la banda y mudados casi de por vida en Toronto, editarían en 1974 su estreno discográfico bajo el título de “Rush”, en principio a nivel nacional; un disco con toques musicales muy similares al rock de LED ZEPPELIN, pero que en cierta medida, recogía algunos tintes pertenecientes a la oleada de rock progresivo británico. “Rush” llamó la atención fuera del ámbito local en el que únicamente eran reconocidos, y ello les permitió fichar por la discográfica Mercury, quién publicaría y distribuiría sus trabajos a nivel mundial. El mismo año, John Rutsey por problemas de salud abandona el grupo, y después de varias audiciones, Geedy Lee y Alex Lifferson optan por (no pudo haber una elección mejor, ¡gracias!) Neil Peart como sustituto, pieza clave e inamovible de RUSH, quién también contribuyó a trasladar la música de este trío a otra dimensión. Desde entonces, y hasta ahora (crucemos los dedos), RUSH nunca ha cambiado de formación a lo largo de estos 30 años, un hecho que les dota de una solidez indiscutible. Es más, a día de hoy, nadie se imagina a esta banda sin Lifferson como guitarrista y su imaginativo trabajo, sin Lee como bajista y vocalista (¿quién podría tener una voz tan particular?), y sin el empuje rítmico de Peart a la batería. Son, sin duda alguna, insustituibles.
La entrada de Peart llevó a RUSH por un camino más progresivo, ahí están sus siguientes trabajos como “Fly By Night”, “Caress Of Steel” y el grandísimo “2112” (solo por el tema título ya merece la pena su adquisición) para justificarlo. La lírica de estos trabajos estaba influenciada tanto por la poesía clásica como por la literatura de ficción, algo que, como ya veremos, cambió en futuros trabajos. Durante esta primera etapa, las composiciones de RUSH eran mayoritariamente de larga duración, de hecho, sus trabajos publicados en aquel entonces en vinilo, solían ser carpetas dobles en algunas ocasiones. Con “A Farewell To Kings” y “Hemispheres” seguían exponiendo un rock progresivo denso y personal, pero solían incluir algún que otro tema corto para facilitar su promoción en la radio canadiense (caso de “Closer To The Heart” del primero).
El cambio drástico se hizo patente con el citado “Permanent Waves”, calificados como hard rock progresivo, RUSH se sumergen en composiciones cortas, directas, melódicas, pero no por ello carentes de técnica ni de elaborada composición. Y tal vez esa es la magia de esta formación, son capaces de sonar asequibles, y si me apuran, incluso comerciales en según que casos, pero no dejan de prestarse a la dificultosa técnica ni de mostrar su destreza con aparente naturalidad. Músicos con un talento único, en pocas palabras. La lírica en RUSH se fue transformando de la ficción a tratar temas más cercanos y acorde con la realidad que nos rodea. A un nivel superior, perfilaron esta tónica en su siguiente entrega editado a principios de 1981, “Moving Pictures”, disco que pasamos a comentar y que, sin lugar a dudas, supuso un punto de inflexión para la carrera de RUSH.
La fachada del Queens Park Building de Toronto sirve de portada para este disco de transición, que como siempre, deja reflejado el gran cuidado que RUSH pone a la hora de seleccionar la portada de marras. Un trabajo que desembocaría en un aumento de popularidad al alcanzar el número 3 de los Billboard, puesto igualado por su también recomendable “Roll The Bones”, y solo superado por “Counterpart” que se encaramó hasta el segundo puesto de las listas. “Tom Sawyer”, himno indiscutible de la banda abre, bajo unos teclados un tanto espaciales, este álbum. Paso a paso, introducido por la peculiar voz nasal de Lee, quién además dibuja con su bajo excelentes líneas melódicas incluso pegadizas, van acelerando el ritmo de un corte imaginativo en ritmos y melodías, en el que, en algunos pasajes, los teclados y punteos de guitarras llegan a doblarse. Este corte, además de otros tantos de “Moving Pictures”, se convierte en pieza fija dentro del repertorio en directo de RUSH. Podemos observar el terreno que va ganando el teclado en este trabajo, y que en posteriores publicaciones gozará de mayor protagonismo. Las mismas patentes musicales, se reflejan en “Red Barchetta”, con otro excelente trabajo por parte del guitarrista Lifferson, apoyado en gran parte por algunos colchones de teclados y como no, con líneas de bajo que marcan su propia melodía y adquiriere en ocasiones voz cantante. Cualidad destacable en el sonido de esta formación, sea la época musical que sea, y que se convierte en característica de vital importancia para su identificación inmediata. Cabe destacar la templanza melódica y pegadiza de sus estrofas vocales, y como de forma casi libre, son interpretadas sin dejarse acompañar por estructuras fijas en el apartado instrumental.
“YYZ” es sin duda el tema instrumental de RUSH por antonomasia, aunque para muchos en dura pugna con “La Villa Strangiato” de su no menos recomendable “Hemispheres”. Una auténtica lección de técnica y melodía a partes iguales sin salirse del marco progresivo. Lucimientos acelerados se combinan con bajadas de ritmos que capturan atmósferas dotando a este corte de gran variedad y consciente sentido de la melodía; y ni que decir tiene el trabajo único e ingenioso de su batería Neil Peart; su interpretación justifica que muchos lo consideren como uno de los mejores baterías de rock del mundo. Infinidad de grupos actuales, tanto de rock progresivo como metal progresivo, son máximos deudores del sonido que los miembros de RUSH son capaces de emanar de un tema de tales características. Varias anécdotas rondan entorno a “YYZ”. Dichas siglas corresponden al código de transmisión del Aeropuerto Internacional de Toronto Lester B. Pearson; es más, lo que suena como introducción es la clave Morse de dicho código. Por otra parte, “YYZ” fue su segunda canción instrumental nominada para los premios Grammy, pero “Behind My Camel” de THE POLICE les arrebató el premio. En fin, ya sabemos que la calidad y el reconocimiento, en muchas ocasiones, son dos palabras meramente encontradas.
Unas de las melodías que permanecen para siempre en tu mente es la de “Limelight”; tema melódico por excelencia, de ritmo sugerente, con una interpretación vocal soberbia, y con un sentimental solo de guitarra en su parte reposada antológico.La vuelta al pasado nos la encontramos en “The Camera Eye”, corte de diez minutos introducidos de nuevo por teclados, y donde la principal melodía instrumental sirve para canalizar todo el tema. El resultado sigue siendo excelente, y aunque al principio pueda resultar un tema un tanto monótono por las repeticiones casi constantes de su melodía instrumental, en su desarrollo torna en cambios de ritmos, reposos acompañados por teclados, y cierto punto de experimentación digno de mención. “The Camera Eye” sería el último tema de tal metraje que RUSH grabarían en toda su posterior carrera musical. Siguen este trío dando pie a la experimentación en “Witch Hunt”, tema atípico donde los haya dentro de este “Moving Pictures” por su atmósfera oscura (intensificado a base de sintetizadores), y su ritmo solemne, lánguido y casi arrastrado. La interpretación de Lee llega a puntos realmente conmovedores.
El cierre de tal memorable disco recae sobre “Vital Signs”, otro tema de encomiable factura, donde RUSH se permiten el lujo de conjugar tintes propios del reagge, sobre todo en ritmos (Peart de nuevo realiza un trabajo de lujo), con sus características y cualidades propias. Sobra decir el sobresaliente resultado que obtienen y el acierto de dar por terminado un disco, de enorme trascendencia dentro del género, con un tema de memorable calidad. Podemos afirmar que “Moving Pictures”, logra exitosamente la unión entre lo musical y lo visual, dándole sentido a cada una de las historias que relata en sus letras, haciendo que permanezcan vigentes hasta la actualidad. Al igual que su música, de forma atemporal. Recomendado, y de obligada posesión, queda por tanto esta obra.
La continuación a este disco es, lo que muchos califican, el periodo de los teclados, que comprende de 1982 a 1991. Discos como “Signals”, “Grace Under Pressure” (otra joya dentro de la discografía de estos canadienses), “Power Windows”, “Hold Your Fire”, “Presto” (con el que cambiaron de discográfica en favor de Anthem Records) y “Roll The Bones” enmarcan esta etapa, aunque estos dos últimos, grandes discos donde los haya, iban mostrando otra visión musical que reflejarían de forma más considerable en futuros trabajos. Los temas siguen siendo cortos para lo que RUSH nos tenían acostumbrado en sus primeras entregas, algo que sigue siendo una tónica incluso a día de hoy. El resultado, como era de esperar, se refleja en una amplitud masiva a nivel de seguidores, dado su accesibilidad y exposición de temas representativos en radios. En 1993, con su exitoso “Counterparts” volvieron a cambiar de tornas musicales, dando casi por olvidado los teclados que protagonizaban sus discos en la década de los 80. Las guitarras pesadas era la cualidad que predominaba por encima de todo, y sus canciones estaban adaptadas a sonidos más orgánicos. “Test For Echo” seguía manteniendo las patentes de su predecesor, un disco que, por motivos extra musicales, supuso en receso de 6 años en la actividad de la banda.
Dichos motivos no fueron otros que las tragedias personales que asolaron al batería Neil Peart. Su hija Selena perdió la vida en un accidente automovilístico en agosto de 1997, y al año siguiente, en Junio, su esposa Jacqueline también perdía la vida a causa de un cáncer. Peart entró en una etapa moral indeseada, y un viaje en motocicleta de miles de kilómetros a través de Norteamérica, fue su bálsamo personal para recuperar el sentido de su vida. Él mismo lo define como una “travesía sanadora”, en un libro que escribió relatando dicho viaje. El título del escrito de dichas vivencias, por si alguien siente la curiosidad, es “Ghost Rider: Travels On The Healing Road”. En el 2002, con la publicación de “Vapor Trails”, su decimoséptimo trabajo de estudio, la banda reactivó su carrera musical. Un disco que no agradó a todos sus seguidores por igual dado su toque moderno y pesado, y con una producción no muy conseguida. De hecho, creo que recordar, que los propios miembros de la banda confesaron no estar muy satisfechos con el resultado, y que volverían a reeditar el disco con una producción más óptima en el 2006.
Soy consciente que muchos son los datos y detalles que he dejado fuera al hablar de “Moving Pictures”, y de la carrera de esta formación, pero es que sobre estos canadienses, se podrían escribir cientos y cientos de páginas. En la actualidad, RUSH, mediante las publicaciones que señalábamos al principio, está conmemorando su 30 aniversario como banda. Esperemos que esta efusiva recompensa (¡bien merecida por cierto!) no les ciegue demasiado y que sea pronto cuando se pongan manos a la obra con otro trabajo de estudio. Muchos seguidores lo desean. Y si de paso, se dejan caer por algún escenario español…Miel sobre hojuelas.
Satur Romero
Grupo:Rush
Discográfica:Mercury
Puntuación:9.5
Canciones:
- Tom Sawyer
- Red Barchetta
- YYZ
- Limelight
- The Camera Eye
- Witch Hunt
- Vital Signs
Año:1981
Votación de los lectores:8.53125
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