Papa Roach: Metamorphosis

Con el nuevo siglo, se abrió la veda de nuevos grupos. Las modas ya se sabe que son pasajeras, y muchas bandas que empezaron a conocerse a finales de los noventa y a principios de esta década se movían en unos patrones parecidos; uno se niega a usar el término nu-metal, ya que no entra en mi cabeza que en ese término se metieran, entre tantísimas, a bandas dispares como DISTURBED, SLIPKNOT y PAPA ROACH.

La verdad es que de aquella época, lo decían FLAW en uno de sus estribillos: solo los fuertes sobreviven. Muchos fueron cayendo, otros se mantenían (por calidad, o por cualquier otro motivo), otros tocaban fondo para resurgir de nuevo, y tantos otros modificaban por completo su sonido. Otros en cambio, como este cuarteto californiano que gritaban hace años ‘Viva la cucaracha’, lo adaptaban no ya a nuevos sonidos, sino mirando un poco en el pasado, y haciéndolo de una manera clásico-moderna. Para mí, con ‘The Paramour Sessions’ consiguieron hacer su mejor obra, de largo, desde ‘Infest’. Entre medias solo me llamaron la atención algún single de dos obras más prescicnibles, y en cambio, con su cambio de sonido, consiguieron un álbum completísimo, donde, aparte de singles muy competentes, apenas se encontraba relleno. Por eso esperaba con impaciencia su continuación, y han tenido que pasar tres años para ella.

‘Metamorphosis’ sigue las directrices de su predecesor. Hard rock hecho de una manera moderna, con mucho tirón, pegadizo, con sus dosis de baladas… y con la novedad de Tony Palermo como batería de studio (ya que parte de la gira anterior ya la hicieron con él). Además, el añadido de que Jacoby Shaddix apareciera en el single ‘Saint Of Los Angeles’ de MOTLEY CRUE, y de la participación del grupo en el Crue Fest junto a los citados Motley y BUCKCHERRY, no hizo sino aumentar la popularidad y reconocimiento de los de Vacaville.

‘Days of War’ es una intro rozando lo épico, que enlaza con ‘Change or Die’, perfecto tema de apertura con todos los ingredientes necesarios para captar la atención: buenas melodías, estribillo resultón, riffs y ritmos pegadizos, solo (breve) cerca del final… Y esos son los patrones en los que se mueven después. ‘Hollywood Whore’, más lenta, fue la elegida como adelanto del álbum de manera acertada, pues ya encuadrada dentro del disco debían tener claro que tenía toda la pinta de video-single. Resulta curioso que el orden de singles en el tiempo guarde relación con el listado del disco, ya que ‘I Almost Told You That I Loved You’, de nuevo con el estribillo como protagonista, y el medio tiempo ‘Lifeline’, con aire sentimental y emocional, completan el primer tramo del disco a un altísimo nivel.

Pero jugar con eso puede desvirtuar el disco en los siguientes temas, y quedarse a las puertas de grandes composiciones, cediendo protagonismo solo al principio. ‘Had Enough’ y ‘Live This Down’ vuelven a mostrar el medio tiempo en sus cortes, y con ‘March Out of the Darkness’ se acercan más a la típica balada con final emotivo que no puede faltar en un disco de hard rock. Conforme se acercan al final, intentan acelerarse un poco en ‘Into the Light’, para de neuvo abrazar las estructuras más lentas en ‘Carry Me’, seguramente el mejor tema del disco (en esas características) y ‘Carry Me’ y ‘Nights of Love’. Intentan de nuevo ser más dinámicos con el tema de cierre, ‘State of Emergency’, intentando mezclar un poco partes más crudas con otras más sentidas, pero se quedan a medio camino de ambas, sin un resultado del todo óptimo.

En definitiva, un buen disco, pero que no tiene el tirón de ‘The Paramour Sessions’, donde la apuesta fue totalmente ganadora. Aquel era un disco muy completo, con multitud de alicientes a lo largo de toda su duración, y en cambio en este caen fácilmente en la repetición, e incluso algo de monotonía en la segunda mitad del álbum. Buenos medios tiempos tiene, está claro; pero llegan a ser demasiados.