Vhäldemar: Metal of the World

Gran noticia la de la vuelta de los vizcaínos Vhäldemar. Si echamos la vista atrás todavía podemos recordar ese interesantísimo y potente “I Made My Own Hell” de 2003 que los puso en el mapa. Desgraciadamente la cosa no tuvo continuidad. Era una lástima pues eran escasas las bandas que se atrevían a desplegar las sonoridades power metaleras en estas tierras y menos aún las que podían salir airosas de ello. La banda se inspira de forma clarísima en los rayos Gamma de Kai Hansen y la verdad es que consiguen un gran compendio de temas, notables estribillos potenciados por la gran producción de Carlos Creator.

De entrada destacaría que todo el disco ha sido grabado y producido en Euskadi, sin necesidad de tirar de masterizaciones, producciones y portadas extranjeras, todo 100% de la tierra. Los momentos en los que los de Barakaldo suenan a Gamma Ray son numerosos, pero especialmente en “Wartime” o “Action” (temazo). Incluso la voz de Carlos Escobedo mantiene cierto parecido con la de Hansen. A eso hay que sumarle esos coros apoyando estribillos muy pegadizos y unos solos de guitarra doblados.

En “Bastards” la banda suena algo más contundente y bebe de Accept y Udo, consiguiendo que Escobedo incluso rasgue todavía más su garganta. Dan mucho protagonismo al bajo de Óscar Cuadrado, bastante agudo y presente. Como críticas achacables podemos destacar que las letras son algo obvias y manidas, que los temas suenan excesivamente a bandas que todos conocemos y que la portada es casi igual que la del disco que Powerwold sacaron en 2010. Pero todo ello no le resta demasiado al resultado final; Vhäldemar consiguen un gran trabajo y un puñetazo encima de la mesa demostrando que están más vivos que nunca.

Cabe destacar también ese homenaje neoclásico a Bach-Malmsteen que es “Bachs Invention”. Para el final destaco los mejores temas del disco: la inicial “River of Blood”, la final “Old Kings Vision (III) y la ya mencionada “Action”. Posiblemente los temas con más aroma a Gamma Ray y power metal de toda la vida. La verdad es que el disco es muy entretenido y hasta el grupo suena bastante exportable, lástima que a día de hoy este estilo esté tan de capa caída.

Ha sido una gran noticia poder volver a disfrutar de Vhäldemar tras tantos años sin noticias de ellos. La colección de buenos estribillos, buenos riffs, solos doblados hará las delicias de los fans del power metal, que estoy segurísimo que todavía quedan unos cuantos miles. La banda sigue demostrando que posee ideas, es capaz de firmar nuevos himnos y que ha mejorado bastante respecto a 2003. Esperemos que este verano consigan colarse en algún festival veraniego y vuelvan a demostrar su mucha valía sobre las tablas.