Memphis May Fire: Memphis May Fire

Difícil catalogación la de esta banda que en un mini-CD invita a un paseo en una montaña rusa en la que pasamos de las melodías Emo, al hardcore-crossover más radical, a los amagos a balada o a las guturalidades death y arrebatos abrasivos en los riffs de guitarras. Quieren tocar todos los palos y eso o sale de maravilla o es un potaje de lo más indigesto. Las primeras escuchas apuntan a una fabada mal digerida, pero cuando uno va cogiéndole el punto es de recibo reconocerles su mérito.

Pero no es nada fácil, el juego espectacular en las voces y en los coros de Chase Robbins intenta las virguerías de un Serj Tankian sin la rotundidad de éste pero bien apoyado por los coros más guturales de Kellen McGregor. En los tres minutos que dura “Conjuctions, Conjuctions, Everybody Loves Them” nos encontramos con una base monolítica de riff guitarrero comparable a los Black Sabbath o Corrosion Of Conformity pero con transiciones melódicas que se aceleran y endurecen con guturalidades. Los cambios constantes llegan a limitar en lo progresivo sin que podamos llegar a afirmar a la banda como tal.

Letras enrevesadas, tanto como su apuesta, que te explota con la inicial “Cowbell’s Makin a Comeback”. El parón-balada tras empezar el tema con un frenético death distorsionado le deja a uno o boquiabierto o con cara de “qué-coño-es-ésto”. “Therapy Caravan of the Fair Room” es quizá lo más atractivo con un inicio que se acerca a Pantera para deambular hacia terrenos más comerciales. Evidentemente el tema sigue dando bandazos sin aparente orden ni concierto de un estilo a otro, pero quizá de los cinco es el más digamos… ¿lógica? de todas. “History of Mercia” es otra muestra de su caos musical, aunque esta vez más accesible y con la voz de Robbins mostrándose, por momentos, como una especie de Dave Mustaine en versión melosa.

Uno no sabe si la banda debe madurar e intentar transiciones más lógicas o seguir alimentando esa especie de anarquía musical. Probablemente el hecho de empezar con un mini-CD ya da muestras de que ésto se ha lanzado para sondear el mercado, pues no recuerdo ninguna banda con una apuesta similar, aunque no puedo afirmar si afortunadamente. Podemos compararlos a “grosso modo” con unos System of A Down mucho más desquiciados pero sin el ángel compositivo ni la gracia en la composición. Quizá hayan abierto una puerta, pero uno no tiene claro del todo si es mejor meterlos dentro y cerrarlos con llave. Eso sí, vale la pena escuchar algo y verles en directo, habrá que ver como se las apañan sobre las tablas con semejante pastiche.