Vildhjarta: Måsstaden

No hace muchos años que el término djent-metal se ha ido convirtiendo en algo familiar. Simplemente, una etiqueta más que tanto gusta poner a los grupos con uno u otro estilo y que ofrecen algo distinto. Pero pocos estilos tienen un grupo que pueda explicar de mejor manera como suena ese género: MESHUGGAH.

Como digo, no deja de ser una etiqueta, que deriva del metal progresivo hacia terrenos más pesados y complejos, en muchas ocasiones agónicos. Y VILDHJARTA es un ejemplo más de la influencia del grupo referencia en el estilo entre las bandas actuales; además, proceden de Suecia también, por lo que sus comparaciones serán lógicas, si bien no tienen por qué ser odiosas. El sonido de este septeto es más completo, no tan denso, mucho más oscuro, y con espacio para alguna voz limpia.

«Måsstaden’ es un debut conceptual, en propias palabras de los miembros del grupo, como un cruce entre ‘El Libro de La Selva’ y los Mumintrolls, una familia de trolls escandinavos; dicho de otra manera, el grupo crea su propio cuento. La oscuridad que refleja su música se nota desde esa portada misteriosa, o con las primeras notas (limpias) de ‘Shadow’, no podía tener otro título el primer corte, que rompe en bases poderosas y voces desgarradoras. Ya en ella se empieza a sentir la agonía y una atmósfera inquietante que se ve continuada en ‘Dagger’, con el trío de guitarras como protagonistas en vertiente math metal, y realizando pequeños interludios que hacen mucho mejores sus composiciones. Enlaza directamente con ‘Eternal Golden Monk’, que parece sacada de las tinieblas y se muestra aún más compleja, continuando con ‘Benblåst’ (sin apenas voz), y la pequeña parada propiamente dicha, ‘Östpeppar’.

El final de esta última en realidad es el comienzo de la martilleante ‘Traces’, uno de los cortes más largo y completo, con la presencia de las voces limpias citadas anteriormente, y marcando el tema central del álbum. Siguen los interludios, ‘Phobon Nika’ y ‘Måsstadens Nationalsång’ (no tan tranquilos como ‘Östpeppar’), antes de pasar a la decadente ‘When No One Walks With You’ y, para mí, el mejor tema, ‘All These Feelings’. Parece que el grupo se muestra más cómodo cuando alarga sus composiciones, y los casi siete minutos de esta son un buen ejemplo; en todo momento la acompaña un halo de misterio que junto a las guitarras llega a poner nervioso.

Un último interludio, ‘Nojja’, da paso a las dos últimas canciones’, ‘Deceit’, donde de nuevo juegan con las atmósferas y cambios de ritmo bruscos, y ‘The Lone Deranger’, de nuevo compleja y completa, que resume bastante todo lo que encontramos en el resto del disco, y contiene las partes más atmosféricas junto a las más desgarradas. Un  final perfecto a un debut prometedor; ideal para escucharlo a oscuras en medio de la nada.