Lita Ford: Living Like a Runaway

Fui muy generoso al puntuar el último disco de la Ford. Un 4 era mucho para semejante despropósito. Pero ahora la cosa parece que mejora, ya sin Jim Gillette en escena y fuera de su vida. El que fuera cantante de Nitro fue un lastre en muchos sentidos para Lita, y su nueva etapa apunta maneras. Incluso el título guarda una inequívoca referencia a su antigua banda. Letras agridulces, experiencias vividas y sus hijos son la temática del disco. Una especie de liberación en clave rockera a pesar de que algún elemento modernillo sigue estando presente.  Pero tranquilos, nada que ver con “Wicked World”, afortunadamente…

El gran tema es el que da título al disco. Un medio tiempo muy intenso y bello, con unas guitarras preciosas y unos bonitos arreglos. Una especie de autobiografía musicada y sumamente inspirada. “Branded” es pura fuerza y actitud. Pura rabia vertida a su expareja a golpe de un imaginativo y metalero riff. Por otro lado mejor cortes como la rockera “Hate” que los experimentos con pregrabación y samplers de la más discreta “The Mask”. Dedicada a sus hijos es la sentida y cálida “Mother”, con acústicas. Muy desnuda y sincera.

La vacilona “Ralentless” es de lo más lucido del compacto. Con un riff y una cadencia muy adictiva. Le va a la zaga la potente “Devil in My Head”. “Asylum” es un corte más solemne a medio tiempo con crescendos y con un riff de guitarra doblada. Cabe reconocer que de buenas a primeras el disco no parece nada del otro mundo, pero con sucesivas escuchas la cosa gana un montón, y hay muy buenos temas. El tema empieza y termina con un teclado muy teatral. Gran dueto con Gary Hoey, poseedor de una gran voz. La final “A Song to Slit your Wrists By” es un corte coescrito con Nikki Sixx, genial bajista de Mötley Crüe y expareja de Lita. Suena muy a Sixx en la onda actual que lleva y rezuma metal y melodía.

Hay que olvidar el anterior disco de Lita y ver en él un momento vital pasajero. La Ford vuelve a editar algo a la altura de su leyenda y a demostrar que todavía puede emocionarnos. Obviamente este trabajo está lejos de ser lo mejor que ha grabado pero sí que hay muy buenos momentos y temas que podrán lucir en directos futuros. Sorprende que en el tema de las letras refleje tantas vivencias y sensaciones, pero está bien que los artistas saquen sus demonios fuera. Los que pronosticaban que Lita Ford era sólo un recuerdo del pasado verán mucha esperanza en “Living Like a Runaway”.