Live In Anaheim

Ian Gillan es mucho más que el vocalista de Deep Purple. Su carrera de absoluto veterano en la banda británica ha terminado por oscurecer todo aquello que ha hecho fuera de las fronteras púrpuras y eso es un error ante cualquier fan del rock. Gillan no sólo es un excelente vocalista en Deep Purple, sino que tiene una considerable carrera en solitario habitualmente ignorada por todos aquellos que no pasan de “Smoke on the Water” y “Speed King”. Sin embargo, desde que Gillan se marchara de DEEP PURPLE en 1974 hasta que la banda se reformara en 1984, hubo tiempo de que Ian hiciera un buen surtido de discos en solitario, ya fuera como “Ian Gillan Band” o simplemente como “Gillan”. No sólo eso, sino que Ian grabó y giro con BLACK SABBATH, dando lugar a aquel complicado “Born Again” que tantos detractores tiene, entre ellos el propio Gillan.

Tras muchos años girando sin parar con Deep Purple, en el año 2006 Gillan se dio a sí mismo un descanso de Glover, Paice, Airey y Morse para pegarse un mes escaso girando por clubs americanos de mala muerte, figuradamente hablando. Se trataba de la gira “Gillan’s Inn”, donde el veterano artista repasaba toda su carrera, con obvia presencia de clásicos de DEEP PURPLE, pero con un recuerdo a todo su material en solitario de la época. De dicha gira Gillan edita ahora un disco en directo titulado “Live In Anaheim” que recoge los momentos más destacados de la gira a través de una grabación realizada en el House Of Blues de Anaheim, Califonia.

El disco arranca con “Second Sight”, el mismo tema con el que abría su primer disco editado como “Gillan” en 1978. Siguiendo con el repaso a su carrera en solitario, el artista interpreta “No Laughing In Heaven” ante un público que parece incluso sobreexcitado ante la potencia de Gillan en escena. Pese a que DEEP PURPLE es una banda sin parangón sobre un escenario, escuchar la voz de Gillan alrededor de nuevos compañeros que le dan un toque distinto al asunto, como el batería Randy Cooke o el bajista Rodney Appleby, siempre es refrescante. Clásicos de su carrera en solitario como “Unchain your Brain” son bienvenidos, aunque el local siempre se viene abajo cuando Gillan interpreta “When a Blind Man Cries”, “Knocking At your Back Door” o “Smoke On the Water”, demostrando que en el fondo lo que todo el mundo desea escuchar es PURPLE. Algo paradójico, en cualquier caso. ¿Para que vas a un show de Ian Gillan esperando escuchar temas de DEEP PURPLE cuando DEEP PURPLE giran veinte veces cada año?

Mención aparte merece el solo de batería de Randy Cooke. Mira que es aburrido escuchar un solo de batería sentado en tu casa frente al reproductor de Cd’s, pero de algún modo Cooke consigue que prestes atención y te preguntes “¿cómo demonios ha hecho eso?”.

Con un sonido muy fiel que recoge la energía del directo, si de algo peca este disco es de haber retocado en exceso el volumen de la audiencia que había en el concierto. Bajo ningún concepto un directo grabado en un club tiene tal presencia del griterío del público y aquí se nota que se les ha ido la mano subiendo el fader en algun momento que otro. Y si alguien tiene dudas de la estabilidad vocal de Ian Gillan cabe decir que no, que no falla ni una sola nota y que sigue manejándose como si tuviera veinticinco años. Quizá no tiene toda la versatilidad de antaño pero ¿quién la tendrá a los 62 años?