Gary Moore: LIVE AT THE MONSTERS OF ROCK

Finalmente, Dios me ha oído. Gary Moore ha recuperado el sentido común, ha
cogido una Gibson Explorer y se ha dedicado a volver a tocar los temas heavies
que le llevaron a la fama en los años 80, antes de su crisis bluesera en 1990,
la cual le permitió ingresar una buena cantidad de dólares, ya que fue incluso
mas exitosa que su etapa heavy.

El Gary Moore bluesero tiene temas geniales (¿Quién no recuerda “Still Got
The Blues”, “Cold Day In Hell” o sus duetos con Albert King, Albert Collins
e incluso Albert King?). Durante años Gary fue un hijo del blues con el pequeño
matíz de que su color de piel era bastante mas blanco que el de sus mentores
y máximos inspiradores. Al contrario que bluesmen de celofán como Robert Cray,
Gary Moore acercó la música de nuevo al publico masivo a principios de los 90,
y ciertamente tanto sus “covers” clásicos, como su disco de homenaje a Peter
Green, como sus temas propios funcionaron muy bien, y es comprensible que Gary
rechazara ponerse un cinturón de tachas y salir a cantar acerca del Ulster y
accidentes aéreos y nucleares por todo el globo. However, Gary perdió la noción
de la realidad en la segunda mitad de los 90, con discos infumables como “Dark
Days In Paradise” o “A Different Beat”. El primero un experimento acid-funky-soul-jazz,
y el segundo una poco agraciada mezcla de techno con el sonido de una Les Paul.
Con “Back To The Blues” reencontró sus raices y recordó que quien le motivo
a comenzar en todo esto fue Peter Green. Y una vez se encontró a sí mismo, se
alió con Cass Lewis y Darrin Mooney (ex –PRIMAL SCREAM y ex –SKUNK ANANSIE respectivamente)
y se dedicó a llevar la palabra de Hendrix y su visión minimalista de una banda
de rock por allá donde le dejaban, ya fuera teloneando a ZZ TOP o a WHITESNAKE.
En este caso,  la gira con WHITESNAKE fue un revulsivo para Gary, que ante el
miedo de aburrir soberanamente al respetable, desempolvó unos cuantos clásicos
de la época heavy, otros de sus años en THIN LIZZY y algunos de sus temas blueseros
mas importantes. ¿El resultado? “Live at the Monsters Of Rock”.

Grabado en el Glasgow Apollo, “Live At The Monsters Of Rock” es un disco sencillo,
que apenas supera la hora de duración y que eriza el vello. En el mismo libreto
interior (muy simple, por cierto) se especifica que se trata de un disco en
directo sin ningún tipo de aditivo de estudio. Y ya puede ser cierto, ya. Hay
crudeza, hay errores al cambiar de sonido en la pedalera de Gary, hay errores
de tono en la voz, hay notas que no pertenecen a algunos temas, y hay momentos
en los que el batería se pierde. Pero eso enriquece un disc en directo como
éste, la posibilidad de escuchar como suena Gary Moore interpretando sus viejos
temas de manera natural, en el año 2003, cuando Gary bordea los 50 años de edad.

El disco se abre de manera inmejorable, con el viejo clásico de los YARDBIRDS,
“Shapes OF Things”, evidentemente en la versión que Moore popularizó desde 1984
en adelante. Lo cierto es que tenía mis dudas acerca de si Gary conseguiría
llegar a los registros finales del tema y sus consabidos agudos, y aunque se
nota que le cuesta, lo consigue justo cuando su garganta está a un paso de desgarrarse
por completo.

Seguidamente ataca con otra versión, esta vez ni mas ni menos que de FREE,
y ni mas ni menos que el clásico “Wishing Well”, otro tema que Moore popularizó
a principios de los 80 con la versión que realizó para el disco “Corridors Of
Power”. Es entonces cuando Moore comienza a atacar con algún que otro tema de
“Scars”, como el inicial “Rectify” (con un estilazo a lo Hendrix que no parece
muy espontaneo precisamente). Otra de las sorpresas del disco es la intro de
guitarra previa al tema “Stand Up”. Gary Moore se llena de furia e interpreta
una versión totalmente “destroyer” de su solo mas famoso de los 80, el que precedía
al tema “End Of The World” en sus directos.

Comienza entonces la parte mas ‘tranquila’ del disco, con el bluesero “Just
Can’t Let You Go”, un repaso al “Still Got The Blues” mediante el hit-.single
“Walking By Myself” y una doble versión del “Don’t Believe A Word” de THIN LIZZY.
Primero Gary interpreta la versión lenta que el y el difunto Phil Lynott grabaron
para el “Back on the Streets” de Moore (1979) y luego Gary empalma con la versión
acelerada que THIN LIZZY solían tocar en todos sus directos de los años 70.

La mayor sorpresa viene cuando comienza a sonar la intro de “Out In The Fields”
y efectivamente, suena ese tema. Gary llega a cada una de las tesituras vocales
de los 80, lo interpreta con gran sentimiento y en lo que se refiere a la instrumentación,
únicamente se echa en falta a Neil Carter, su teclista habitual de la época.
De todas maneras, es inusual ver a alguien que bordea los 50 años cantando con
una rabia tan impropia de esa edad. Al final del tema, Gary recupera algunos
de sus licks mas famosos, como el de la sirena de policía, mientras Cass Lewis
y Darren Mooney arrasan con sus respectivos instrumentos a la audiencia, que
bien poco se esperaba semejante recital de rabia por parte de un supuesto bluesman.

El final inevitable llega con “Parissienne Walkways”, otro clásico que Gary
grabó en su dia junto a Phil Lynott, el cual Moore interpreta con su Gibson
Les Paul del 52, la cual fue propiedad de Peter Green. Gary comprueba como el
público espera cada uno de los clichés guitarreros de sus temas cuando juguetea
con el público a la hora d hacer la nota sostenida que suena siempre a mitad
del tema.

Sin lugar a dudas, y aunque muchos podrán decir que me he cegado como fan,
Gary ha hecho un disco en directo increíble, recuperando sus temas mas cañeros
de los 80, añadiendole una pizca de sus colaboraciones con Lynott y unicamente,
veo 3 temas de “Scars” como algo excesivo. Un “Wild Frontier” o un “Victims
Of The Future” habrían sido infinitamente mas apreciados por el público casi
exclusivamente Heavy que imagino que abarrotaba el Glasgow Apollo para ver a
Moore y a WHITESNAKE.