Hay uniones que parecen hechas por alguna clase de ente superior, algo o alguien capaz de determinar quienes son los músicos entre los cuales existe la mejor química artística. Probablemente Ronnie James Dio y Tony Iommi nunca fueran los mejores amigos y quizá Vinny Appice nunca llegó más allá de su papel de cuarto de a bordo y probablemente a Geezer Butler le importaba tres cominos estar en la misma banda que un tipo bajito y que hacía el signo de los cuernos hasta para decir “buenos días”. Pero alguien, algo, sabía que esas cuatro personas, en un escenario y con un sistema de sonido, eran capaces de crear magia pura. Y como en el mundo del rock no solo se trata de crear sino de recrear (sobretodo en años recientes) ¿porqué no volver a unir sobre un escenario a una alineación ganadora?

Cuando Wendy Dio y el resto de implicados decidieron poner en marcha la reunión de BLACK SABBATH con Ronnie James Dio o, como prefieren llamarlo, HEAVEN AND HELL, sabían muy bien lo que se traían entre manos. SABBATH con Ozzy Osbourne es la mayor atracción para las masas, el espectáculo mediático, el show con showman imbatible y con vistas a cualquier suceso inesperado. Sin embargo, BLACK SABBATH con Ronnie es el caramelo, el placer oculto, el acto sexual que en una ocasión fue intenso pero que no se perpetuó en el tiempo tanto como debería. Y en tiempos de reuniones todo está permitido: si mañana mismo me dijeran que JUDAS PRIEST se reunen temporalmente con Al Atkins para hacer una gira de pubs en el Reino Unido, me lo creería sin pestañear.

Una vez anunciada la reunión de HEAVEN AND HELL –o su creación inesperada- todas las alarmas se dispararon. Unos pensaban que Ozzy ya no podía cantar y por eso volvía Ronnie, otros decían que el grado de odio entre Sharon Osbourne y el rest de ex – Sabbaths superaba el umbral de lo conocido por el cerebro humano. Y, al final, es algo de lo más inocente: reunes a dichos cuatro músicos y las entradas se agotan en varios mercados de manera casi instantánea. En el fondo, lo que la gente quería era escuchar a BLACK SABBATH interpretando algo que no fuera “Iron Man” y “Paranoid” por quincuagésimo cuarta vez. Y HEAVEN AND HELL es lo que ofrecen: novedad.

La novedad está adscrita inevitablemente al set-list que la banda ha interpretado en su aun vigente gira, la cual se recoge en “Live At Radio City Music Hall”. Escuchar a la banda dándose un garbeo por “Lady Evil” o “Computer God”, por mencionar solo un par, es lo suficientemente atractivo como para asistir a un concierto. Y, en un mundo ideal,”Live At Radio City Music Hall” tendría la función no solo de documentar un acontecimiento como la reunión con Dio, sino que también serviría para terminar de convencer a quienes no ven más allá de la edad y las arrugas. HEAVEN AND HELL demuestran en éste directo que suenan que atruenan y, lo más importante, que parece que nunca hayan dejado de tocar juntos.

El CD doble incluye muchos de los temas más representativos de la época de Dio en SABBATH, como por ejemplo “Children Of The Sea”, “The Sign Of The Southern Cross”, “Heaven And Hell” y “Neon Knights”. Por otra parte, podemos escuchar pequeñas joyas y halajas procedentes de tiempos pasados que no han tenido nunca el protagonismo debido en la saga sabbathiana, como “Die Young”, “Lonely Is TheWord” y “Computer God”. Por último se incluyen temas nuevos, aparecidos en un reciente recopilatorio como excusa para justificar la validez de la reunión, como “The Devil Cried” y “Shadow Of The Wind”. Combinación ganadora, se mire por donde se mire.

No hay mejor sensación que, una vez pasados quince años desde que cuatro músicos hicieron su último concierto juntos, ver como dichos cuatro músicos siguen siendo capaces de clavar aquello que hacen. La voz de Ronnie James Dio suena clara y poderosa a lo largo del disco, aunque se excede en potencia en ciertas ocasiones, caso de los versos iniciales de “Heaven And Hell”, por ejemplo. Tony Iommi está en un estado de forma supremo, riffeando y haciendo uno de sus mejores solos improvisados en la parte final de ese mismo tema. Geezer Butler tiene la oportunidad de protagonizar con su bajo el sonido de la banda mucho más que cuando salen a escena con Ozzy, ya que temas como el mencionado “Lady Evil” se prestan a ello sobremanera. Por último, Vinny Appice demuestra que pese a ser siempre “el que está en la sombra” sigue siendo una parte muy importante del sonido de esa formación de BLACK SABBATH. Sin duda no es tá virtuoso como su hermano – o al menos, nunca ha ido por ese camino- pero Appice ha sido un apoyo rítmico tremendamente bueno para el sonido de la banda. El tándem que forma junto a Geezer es sencillamente uno de los mejores de la historia, aunque uno de los más desaprovechados, todo sea dicho.

Finalmente, se echan de menos más fotos y contenidos en el libreto del CD. Apenas hay unas pocas fotos, pero se pueden contar con los dedos de una mano, practicamente. La portada, eso sí, es oscura y crítptica, como corresponde a una banda como ésta.

Un lanzamiento que, sin ser el epicentro de la carrera de la banda, sirve para rememorar viejos tiempos que muchos ya creíamos perdidos. Y mientras, seguimos esperando a que alguien se digne a traer a la banda a España para que den su particular lección magistral de cómo hacer las cosas.

Sergi Ramos

Grupo:Heaven And Hell

Discográfica:SPV / Mastertrax

Puntuación:9

Canciones:

  1. E5150/After All
  2. The Mob Rules
  3. Children Of The Sea
  4. Lady Evil
  5. I
  6. The Sign Of The Southern Cross
  7. Voodo
  8. The Devil Cried
  9. Computer God
  10. Falling Off The Edge Of The World
  11. Shadow Of The Wind
  12. Die Young
  13. Heaven And Hell
  14. Lonely Is TheWord
  15. Neon Knights

Año:2007