Lujuria: Licantrofilia

Quizá me repita pues siempre que hablo de Lujuria destaco que poca gracia me hicieron en sus inicios y menos los manidos clichés de los que hacía gala su líder. Pero con el tiempo se nota una madurez y a pesar de mantener el cachondeo y el sexo por bandera, han ido tocando diferentes temáticas y han enriquecido su propuesta.

Muchos ven en ellos una gran banda de directo, y así es, pero discos como el que nos ocupa demuestran que su validez en estudio es más que notable. Si en el pasado Leyendas del rock se erigieron como unos de los triunfadores absolutos es por algo, y eso que metieron bastantes cortes de su nuevo compacto que apenas habíamos escuchado.

Fue arriesgado pero funcionó perfectamente. Estamos ante el que puede ser de largo el mejor disco de Lujuria y temas como “Cae la máscara” o “Tigresa Blanca” así lo confirman. El primer corte es todo un himno, excepcional canción, gran estribillo y con una historia 100% lujuriosa. “Tigresa blanca” es otra de esas escabrosas y a la vez curiosas historias que sólo podía musicar Lujuria consiguiendo otro gran estribillo.

Musicalmente hay un gran trabajo instrumental a pesar de que la producción, como viene siendo habitual en nuestro país, siempre es mejorable. Oscar es consciente de sus limitaciones. Su voz no es precisamente un portento pero suple sus carencias con ese carisma y actitud, quizá no apreciables en disco, pero que son una de las credenciales del grupo. Es como los Suaves, no es una gran voz pero sin su vocalista lo perderían todo.

El teclado de Ricardo es una de las claves del trabajo. Apoya en todo momento los temas en los que repito, hay un gran lucimiento instrumental tanto en las guitarras como en la base rítmica. “Licantrofilia” es otro de esos cortes que van a quedar como clásicos para la banda, al igual que, posiblemente “Prisionera”, por ese estribillo y por ese cruce musical entre Maiden y bandas con teclados tipo Uriah Heep o los propios Purple. Definitivamente los 80 y el hard y heavy clásico dominan este compacto.

Bonito homenaje a los que se mantienen en el rock después de tantos años en “Viejo rockero”, con amago a la balada incluído, pero hay que destacar especialmente “Qué es mejor”. Aquí hay una faceta de Oscar que hay que aplaudir que no es otra que el resucitar a grandes temas de bandas olvidadas como es este clásico de Shalom. Toda una gozada.

Convencido estoy con Lujuria tras verles en tan buena forma recientemente sobre las tablas y por el gran nivel que gastan en estudio. Cuando nacieron parecían una banda más de cachondeo pero el tiempo los ha elevado a clásicos del metal nacional. Con discos como LICANTROFILIA o con el minucioso mimo con el que trataron …Y LA YESCA ARDERÁ conseguirán ser una banda imprescindible.