Sound Of Silence: La casa de los lamentos

Tras mucho sonar aquí y a allá y darse a conocer en distintas publicaciones no me extrañó para nada el hecho de que finalmente cayera en mis manos el nuevo trabajo de los asturianos SOUND OF SILENCE titulado “La casa de los lamentos”.

Con alguna referencia anterior en la retina, la misión era sencilla: escuchar y dejarse llevar por este sexteto surgido de la unión de músicos procedentes de distintas formaciones astures.

Los compases inciales de la “Intro” hacían presagiar algo al estilo THE EYES, con un influjo más que evidente del antiguo estilo de METALLICA.

Si bien la música de estos chicos rezuma un sonido de guitarras sólido, con un ir y venir incesante y una velocidad considerable, el resultado final tiene más que ver con el death metal de corte sueco y algún detalle de su análogo americano. La cosa no se queda ahí, ya que en temas como “Nunca seré feliz” se cerca al sonido más actual del metalcore y hay tiempo incluso para el doble bombo y platillo de nuevo a la velocidad del rayo.

Las guitarras al uso hacen que el sonido sea familiar en muchos aspectos. ¿Ventaja o inconveniente? Quizá sea una característica buscada y afín a los encargados de desempeñar este soniquete característico de las bandas que nos han ido llegando desde finales de los 90’ desde países como Suecia o Dinamarca. Lo que está claro es que a SOUND OF SILENCE no le gusta encasillarse y en un mismo corte puedes llevarte una de cal y otra de arena.

La música es sin duda energética, adecuada para pogos y muy apta para seguidores de distintos géneros. El único inconveniente con el que tendrán que luchar estos chicos es la apostasía del seguidor musical patrio. En cualquier caso, concedamos el beneficio de la duda y seamos crédulos con esa teoría que apunta a que el seguidor del Heavy metal no sólo escucha Heavy metal, el de Death hace lo propio y similares.

“Nuevas cicatrices en el cielo” consigue llamar a filas a aquellos seguidores de formaciones como ONE MAN ARMY AND THE UNDED QUARTET. Hay algún que otro giro retorcido, y de nuevo la potencia desbocada que impone la batería lidera un tema de apenas cuatro minutos y medio.

Entramos ahora en el apartado de los puntos a revisar, y es que está claro que para gustos los colores, pero se plantea una diatriba delicada a la hora de hablar de las voces incluidas en el álbum. Si bien nuestros oídos acaban por hacerse a la voz de Nefta, no acaba de llenar el concepto que se espera de la música practicada por SOUND OF SILENCE. No queremos decir que el estilo chillón sea deleznable, pero hay precedentes de voces similares que han acabado por ser repudiadas. Personalmente me quedo con las partes más puramente brutales, aquellas que podrían encajar en unos THE HAUNTED mismamente. La banda obviamente seguirá la línea que tenga en mente, pero desde el exterior parece haber calado esa sensación de afinidad por un registro concreto.

En otro apartado quedan las baterías. En este caso la cosa se limita a subir un peldaño más en calidad de medios al alcance a la hora de producir y grabar un disco. No cabe duda que en la próxima entrega el sonido mejorará en todos los aspectos si SOUND OF SILENCE siguen con esta trayectoria ascendente.

Como datos adicionales simplemente queda añadir la experiencia adquirida por la formación materializada en varios conciertos junto a bandas de la talla de SICK OF IT ALL, WALLS OF JERICHO o DISMEMBER. Si a eso le añadimos apariciones en festivales especializados como el Takio o el Matadero Rock y que próximamente estarán girando por Europa, podemos decir que SOUND OF SILENCE tienen, al menos a corto plazo, una agenda más que apretada que a buen seguro les traerá nuevos seguidores.

Y para alguno que lo esté pensando… no, el nombre de SOUND OF SILENCE nada tiene que ver con el título del álbum que Simon & Garfunkel publicaron en 1966. Esto sigue siendo metal y no hay ningún tributo oculto a los americanos.