Edguy: King Of Fools

¡Qué bien! ¡Por fin nos llega un ep de adelanto de lo que será el nuevo disco de EDGUY!

Lo dicho, la banda alemana de power metal liderada por el simpático Tobias Sammet publicará en breve un disco llamado “Hellfire club”, el cual, aunque sin escucharlo, devolverá el ansia de muchos por el power metal melódico, género tan y tan criticado, protagonista de mofas taberneras, en los ambientes inhóspitos de hoy en día. EDGUAY confirmarán, por otra parte, aquella máxima tan y tan recitada en entrevistas de medio mundo que venía a responder la típica preguntita relacionada con la saturación powermetalera a modo de, “es cierto, hay muchas bandas, pero ya verás como al final se quedarán las mejores”. Aunque visto lo acontecido durante estos años, tal máxima se observe todavía tan lejana, va a ser triste que una banda como esta resulte de lo mejorcito del panorama actual, a años luz (por encima) de leyendas, ahora zarrapastrosas, como los plagiados en los que cantara, en cuatro discos, Michael Kiske.

A modo de adelanto, EDGUY ofrece un single con todas las de la ley, cinco temas que, algo es algo, despertarán ligeramente la curiosidad del oyente poco familiarizado, haciendo florecer las ansias del enfervorizado, el cual contará los días para calificar “Hellfire club”, si es que no se lo ha bajado ya, como el mejor disco del año y, ciertamente, es muy probable que, en lo estrictamente relacionado con el power metal, tenga toda la razón.

Los teclados y los riffs marcados de guitarra de “King of fools” levantarán a las primeras de cambio el entusiasmo del tímpano fácil, haciendo de su estribillo una excelente obra en forma de melodía pegadiza. “King of fools” es, indudablemente, el tema que necesita un grupo como EDGUY a modo de single, apenas tres minutos de buen hacer compositivo denotando la evidente sapiencia económico-compositiva de Tobias Sammet.

El evidente amor por Walt Disney y sus animales toma relevancia en la siguiente “New age messiah”, tanto en los tecladitos orquestados evocadores de reencuentro amoroso de final de filme, como por lo empalagoso de sus riffs de guitarras continuadores los cuales proclamarán, ipso facto, una sensación de culpabilidad en el oyente al no haber ayudado al prójimo lo suficientemente durante la semana. Aquí EDGUY cae en el error supremo del agravio comparativo, es decir, es totalmente imposible reseñar un disco en el que cante o componga Tobias Sammet sin acordarte en ningún instante de los “Keepers of the seven keys” de siempre. Al menos la letra es curiosa.

“The savage union”, tercer corte del ep, se inicia con un riff plagiado de algún lado y que denota la aproximación temerosa de la música de EDGUY y la del proyecto paralelo de su líder, “Avantasia” (de ahí que su anterior “Mandrake” resultara tan infame). Los coros del tema (Ralf Zdiarstek, Thomas Rettke, Amanda Somerville, Oliver Hartmann y Daniel Schmitt), no sé por qué extraña razón, recordarán la sorpresividad de los estribillos de IRON SAVIOR.

“Holy water”, otro buen estribillo que deambula en un medio tiempo preparado para el lucimiento vocal de Sammet, acompaña al oyente a la curiosa “Life and times of a bonus track”, la cual rebosa simpatía a lo largo de su letra.

Nada más, solamente esperar al nuevo disco, “Hellfire club”, el cual, aunque lo prevea un tanto alejado de la frescura de “Vain glory opera”, gozará de un halago merecido.