King Kobra: King Kobra

King Kobra para mi siempre serán recordados por tres cosas: esos dos grandes discos sacados a principios de los 80, la brillante idea de un tío moreno (Carmine Appice) rodeado de rubios de pote y por la anécdota que vivimos algunos en una tienda de discos: un cliente le preguntó a un encargado: “¿Perdona, King Kobra?”… Respuesta: “La caja está en el fondo…”. Como no podía ser de otra manera la discográfica Frontiers consigue otra vez lo impensable y reúne a la formación clásica, aunque sin Marcie Free, actualmente en Unruly Child. La elección para las voces ha sido un acierto en toda regla: Mr. Paul Shortino.

Menuda clase, menudo feeling y menudo disco se han sacado de la manga esta gente, y eso que lo han grabado por partes, lo han mandado y lo han editado, pero no le resta calidez ni calidad. Eso nos demuestra hoy en día que gracias a la tecnología todo es un poco mentida, pues escuchando el disco uno percibe una unión y una gran comunión que sólo podría salir de las buenas vibraciones y del disfrute de tocar juntos. ¡Los cojones! Cada uno ha ido a su bola, pero el resultado es inmenso.

El hard rock añejo asoma una y otra vez en maravillas como “Live Forever”, excelso temazo y perfecto single. Por otro lado hay momentos más cercanos al metal de los 80 como en “Tear Down the Worlds”, puro hard de gran arena, muy hímnico y apoyado por grandes coros. Otro buen ejemplo de hard directo y deudor de la década de las hombreras es “Rock this House”, con un feeling soberbio y unas trabajadísimas guitarras, gentileza de David Michael-Philips y Mick Sweda. Otra perfecta es “Top of the World”, todo un himno de directo para King Kobra.

A pesar de que el estilo está anclado en los 80 en ningún momento el disco huele a naftalina ni a cerrado ni se les nota forzados en el intento de volver a sus raíces. Todo fluye de manera natural y la tecnología le da un plus actual. En “This Is How We Roll” han metido público enlatado como avisándonos de que esta música ha sido escrita y grabada para ser tocada sobre un escenario. “Midnight Woman” es otro de los mejores cortes del disco, con otro gran estribillo, repuntado por ese teclado de apoyo 100% 80s. En “We Got a Fever” el grupo disfruta de lo lindo con una base blues que en sus manos es casi bailable. Consiguen que cada tema posea vida propia y sea suficientemente diferente del anterior. La balada se hace esperar pero llega con “Cryin Turns to Rain”, en la que vuelven a dar en el clavo. Terminan dándolo todo con la speedica “Screamin for More” y con una balada a acústicas: “Fade Away”, broche de oro al disco.

El nombre del disco lo dice todo: “King Kobra”, un llamamiento a la gente de que esta gente todavía posee el ángel necesario para demostrar que no son un recuerdo desdibujado del pasado y que son capaces de tras 20 años parir un disco capaz de colarse entre los cinco mejores del año, en su estilo. Es imposible aburrirse tanto si eres fan del grupo como si te gusta el hard rock en mayúsculas. Muchos no hubiéramos dado un duro por este retorno, toca quitarse el sombrero pues…