Winger: IV

Mucho ha llovido desde “In the Heart Of The Young”. Concretamente, en 16 años y según datos del instituto nacional de meteorología, en Barcelona deben haber llovido una media de 640mm anuales. En 16 años, eso se convierte en 10240mm. Saben ustedes cuanta lluvia cabe en 10240mm? Mucha, señores y señoras, mucha. Lluvia que ha traido y se ha llevado borrascas grunge, anticiclones revival de los 70’s y que ha ahogado a muchas bandas a lo largo de 16 años. Entonces ¿sería posible que el sonido de los WINGER clásicos haya desaparecido bajo semejante manto de agua? Pues, ciertamente, si.

Creo que a día de hoy, a nadie le importa más allá de lo estrictamente necesario lo que puedan componer los chicos de WINGER. A decir verdad, lo único que importa es que salgan de gira y toquen “Seventeen”, “Madelaine” y alguna más y que luego dejen de dar la tabarra con temas nuevos. Y sino, al reciente concierto de Barcelona me remito. Estoy de acuerdo en que un artista no puede esclavizarse frente a lo que le ha hecho famoso, pero es que WINGER precisamente no tienen muchos otros caminos. O haces lo que la gente quiere escuchar o no haces nada. Y vamos, no quiero imaginarme la cara de más de un fan al escuchar “IV”. Solo se salva, como es lógico, por el nombre y por la nostalgia de asumir que los que tocan en los nuevos temas son, en un elevado tanto por ciento, los que dieron a luz los grandes clásicos de la banda.

Y yo me pregunto ¿en qué piensa Kip Winger cuando da por valido un tema como “M16” u otro como “Blue Suede Shoes”? Donde está la diversión y la irresponsabilidad de finales de los ’80? Me temo que un disco de tipos maduros explorando nuevas avenidas musicales no es lo que los fans esperaban. Sólo “Livin’ Just To Die” y algún otro tema los mantendrá contentos. Pero mientras tanto, y sin dejar de valorar el gran trabajo de la banda, me voy a poner de nuevo “In The Heart Of The Young”. Al menos, no me deprime.