Karmakanic: In a Perfect World

Si estuviésemos en un mundo perfecto en el que se apreciara la buena música esta banda llenaría estadios, pero… desgraciadamente este mundo es tan imperfecto que este trabajo sólo lo disfrutará una inmensa minoría. Desconocía este proyecto de Jonas Reingold (Flower Kings) y me maldigo por ello. Qué clase, qué imaginación y qué maestría a la hora de componer. La banda es espectacular y el derroche de imaginación e influencias es infinito. Hay las obvias influencias a Genesis, Yes, pero también las del neoprogresivo inglés, los propios Flower Kings y especialmente lo que están haciendo hoy en día Transatlantic.

El bajo de Reingold domina todo el disco, pero la voz del enorme Goran Edman también comparte protagonismo. Pero la verdad sea dicha, difícilmente podemos destacar algún músico sobre otro, todos brillan con luz propia. Personalmente me quedo de entrada con la accesible y delicada “Turn It Up”, muy a los Yes más poppies pero elegantes. Excepcional estribillo y demostración técnica. Por otro lado hay la bizarra y rompedora “Cant Take It With You”. Ritmos latinos con un coro gutural es ya rizar el rizo de la originalidad. A pesar de que en un principio nos hace esbozar una sonrisa, también merece una gran reverencia.

La monumental “1969” (más de 14 minutos) demuestra las infinitas posibilidades del combo sueco, la insultante técnica y la suma gracia a la hora de componer. Un recorrido de cumbres y valles dirigidos por el bajo de Reingold. Más metálica suena “Bite the Grit”, que incluye incluso pasajes con orquestaciones de cuerda. Sumamente original, accesible y rutilante a nivel instrumental. Finalizan con “Fear Come to Town”, un ejercicio acústico, muy cálido y accesible.

Hay que apuntar a este grupo y subrayarlo con fosforito. Karmakanic poseen una calidad capaz de mirar de tú a tú a Transatlantic, a Neal Morse, Anathema y a Porcupine Tree. Grandiosa obra. Posiblemente una de las mejores del año dentro del estilo progresivo. El gancho de las composiciones, el juego de estilos, la eclecticidad manifista… todo está en su justa medida. No se pierden en solos ni demostraciones y tiran de cara a los temas, haciéndolos sumamente accesibles y cercanos. No es nada fácil conseguir este balance general. Magistral.