Rob Rock: Holy Hell

Parece ser que el nuevo milenio está siendo el tiempo de las segundas juventudes:
muchos cantantes míticos del Hard Rock, caso de Joe Lynn Turner, Tony Harnell,
Glenn Hughes, y tropecientos más están más activos que hace quince años. La
situación actual del negocio del rock parece propicia para los lanzamientos
de material de reciente composición y en el caso de Rob Rock las cosas están
funcionando más que bien.

Ya en el año 2000, Rob volvió a la vida con un disco titulado “Rage Of Creation”,
el cual sentaría las bases de una más que potente carrera en solitario que ha
ido creciendo a lo largo de los últimos cinco años. Para muchos, por ejemplo,
era impensable que Rob Rock apareciera por tierras españolas haciendo una gira
–aunque sea como telonero de MASTERPLAN- y eso es algo que ha sucedido hace
muy poco. El apoyo inicial que le brindó Massacre Records con el mencionado
“Rage…” y “Eyes OF Eternity” ha supuesto buenos dividendos para el vocalista
americano, que ahora forma parte de la escuderia de la emergente compañía alemana
AFM Records.

De todas maneras, “Holy Hell” es un disco que tiene una escasez
de elementos que conecten con el pasado de este hombre, el cual era puramente
hard-rockero. Creo que se esfuerza demasiado en sonar a cantante típico y tópico
de Heavy Metal, cuando su fuerte está en temas como aquel “All I Need” o “Judgement
Day” de su primer disco en solitario. Sin más, solo cabe recordar el supremo
“M.A.R.S. Project: Driver” que editó en 1986 junto a Tommy Aldridge, Tony MacAlpine,
y Rudy Sarzo y que supuso una llegada de lo más impactante a la escena heavy
de finales de los 80.

“Holy Hell” es un disco con buenos temas, de eso no cabe
duda. El trabajo de guitarras de Carl Joan Grimmark y de Daniel Hall es sencillamente
perfecto, aunque las afinaciones bajas se las podrían ahorrar. Lo realmente
puñetero del disco es que Rob Rock y su banda comiencen a sonar a cualquier
otra banda de Heavy Metal cualquiera, cuando con un vocalista como Rock lo más
facil es destacar por encima de la media. No obstante, hay buenos momentos,
caso de la brutal “Slayer Of Souls”, o la balada “The Revelation” que arreglan
un poco el desaguisado.

De entre los mejores temas del disco se encuentra “When Darkness
Reigns”, probablemente el más cercano a su anterior disco en solitario, “Eyes
OF Eternity”. El tema es puro Zakk Wylde, pese a Grimmark y Hall hacen esfuerzos
por contener sus impulsos guitarreros.  Eso si, hay verdaderos coñazos de lo
más soporífero, caso de “Slayer OF Souls”, el cual podría haber sido firmado
por cualquier banda alemana hace 20 años sin demasiados remordimientos en el
proceso.

Un buen disco, pero le falta un aliciente definitivo para
hacerlo aún mas apetitoso de lo que ya es: personalidad propia. Para la próxima
vez!