Newsted: Heavy Metal Music

Si Jason Newsted dejaba claras sus intenciones con el título del EP de su debut en solitario, para su primer álbum completo ha decidido añadir una palabra antes y otra después: ‘Heavy Metal Music’. Más claro todavía, ¿no? Poco ha cambiado (como es evidente) su propuesta en el tiempo que ha transcurrido desde esa presentación hasta ahora. Lo más llamativo, y que ya pudimos advertir en su paso por Sonisphere, que Mike Mushok de STAIND se ha unido a la banda como segundo guitarrista.

Con pocos cambios me refiero tanto a lo malo como a lo bueno: los temas vuelven a resultar algo largos. El trallazo directo ‘Soldierhead’ y la extensa y alternante ‘King Of The Underdogs’ han sido recuperadas de ‘Metal’ (leer review), encajando sin problema. De hecho, la primera de ellas bien podría haber servido de apertura igual que en el EP en vez de ‘Heroic Dose’, que se llega a hacer repetitiva ante ese riff y su duración, a pesar de que en la segunda mitad se hace algo más dinámica, en especial del solo de guitarra en adelante. A la larga, le falta un single que sobresalga por encima del resto, algo que marque un punto de enganche con el disco. ‘…As The Crow Flies’ podría tener papeletas ante su ritmo pegadizo si no fuera porque ¿adivináis? Sí, la alarga hasta casi seis minutos. Esa vacante intenta ocuparla ‘Long Time Dead’, muy en la línea de ‘Soldierhead’, y en menor medida, ‘Ampossible’ y ‘Above All’, más en una línea de medios tiempos pesados. La influencia Sabbath se vuelve a hacer palpable en ‘Nocturnus’ igual que ocurría en ‘Skyscraper’, mostrando su vena densa y oscura. Para el final se guarda una machacona ‘Twisted Tail Of The Comet’, la movida ‘Kindevillusion’ y una lenta ‘Futureality’. No ha tirado por un camino fácil, y el adjetivo “heavy” le va al pelo, porque si el disco es una cosa, es pesado, en muchos aspectos. De haber sido más directo, o como se dice vulgarmente, "ir a piñón", seguramente hubiera salido mucho mejor parado.

En cualquier caso, el fuerte de Newkid es el directo, donde demuestra que con cincuenta años sigue viviendo la música tanto o más que a los veintipocos, cuando se juntó a METALLICA, aunque para hacernos vibrar tenga que recurrir a tocar ‘Whiplash’ o alguna otra versión. La pasión y entrega de la que hace gala es digna de admiración, un espejo en la que cualquier chaval debería mirarse. Esa conexión con el público es la que ha hecho que siga siendo tan querido. Ojalá le tengamos pronto de nuevo por aquí.