Potencia. Eso es lo que desprenden The Heavils, un grupo del que poco me esperaba
pero que me ha ofrecido bastante, o cuanto menos suficiente. No he escuchado
el otro álbum que tienen pero la verdad es que el sonido que han logrado con
esta nueva edición es insuperable. Esta banda encuentra su lugar unos cuantos
peldaños más arriba que la mayoría de bandas de la aletargada escena del metalcore
yanqui para ofrecernos una propuesta a medio camino entre Fear Factory y Slipknot,
bandas a las que, no en vano, han teloneado en alguna que otra ocasión.

Muy probablemente el hecho de que estos chalados de Illinois diseñen y construyan
sus propias guitarras contribuye a que el sonido resultante sea bastante especial,
erigiéndose la corrosión y la garra como comunes denominadores de su música.
No es de extrañar que el salvaje de Devin Townsed se encuentre entre las labores
de producción, ya que las reminiscencias a Strapping Young Lad también quedan
patentes.

Desde el primer tema, “Outside The Circle”, esta gente ya nos deja claro de
qué va a ir su propuesta: riffs movidos y pesados a la par que rabiosos, voces
rotas y chillonas, canciones que nunca superan los tres minutos y medio de duración
y letras tan corrosivas como intrascendentes (títulos como “Chicken Soup Can”
o “Space Heater” hablan por si solos). A pesar de ello, no caigamos en el error
de creer que The Heavils son víctimas de un estilo que tiende a fagocitar y
rumiar clichés cual vaca de granja, ya que la banda dispone de suficientes recursos
como para dotar a su música de dinamismo, como bien podemos comprobar el cachondo
tratamiento de las guitarras en el tema-título del disco, que viene a ser un
ejemplo de los contrastes de los que hace gala el álbum al verse relevada por
el siguiente corte, “Reflection”, donde vuelven las distorsiones más graves.
Los temas se van sucediendo pasando de riffs minimalistas pero efectivos a temas
más burros como “Floaters”, el décimo corte del disco. Como colofón, nos encontramos
con la última pista de audio, de nombre “Kadigimonk”, que no es otra cosa que
una prescincible paranoia de corte instrumental a base de ruiditos varios cercana
a los veinte minutos de duración.

Las guitarras pesadas también pueden hacernos pensar alguna que otra vez en
los ya veteranos Primus, aunque viendo el desenfado del que hacen gala los temas,
dudo mucho que a The Heavils les importe tres pepinos a qué suena su música:
simplemente han cagado un disco sencillo, ruidoso, divertido y ameno que no
pasará a los anales de la historia, pero que puede que te haga pasar un buen
rato si es que la situación lo requiere. Eso sí, si buscas composiciones curradas
o viajes intimistas que te ayuden a encontrar la piedra filosofal de la vida,
esto no es para ti.

¿Se comerán con patatas a System of a Down? Nunca se sabe.

                                                                                                   

Penumbra

Grupo:The Heavils

Discográfica:Metal Blade

Puntuación:7

Canciones:

    1. Outside the Circle
    2. Yet Behind Me
    3. Heavilution
    4. Reflection
    5. Sinking Time
    6. Space Heater
    7. Touch
    8. Just Got Back
    9. Chicken Soup Can
    10. Floaters
    11. Laundry Day
    12. The Other Side
    13. Passed Away
    14. Kadigimonk

Año:2004