Marillion: Happiness Is The Road

Muchas veces, los juntapalabras que nos dedicamos a esto de escribir reseñas, crónicas y demás, nos tomamos la licencia de utilizar ciertas palabras que, sin adquirir un sentido pleno, sirven para orientar o intentar reflejar cierta idea musical de un disco o una banda. Palabras tales como integridad, credibilidad, naturalidad, fidelidad, madurez o cualquier otra que se use para describir que cierto grupo, se mantiene ajeno al mundo exterior y que lo que único que les importa es poner en práctica ese arte llamado música sin marcarse unos parámetros determinados. Creo que muy pocas bandas pueden gozar de tales apelativos en su estricto sentido de la palabra como MARILLION.

Hace tiempo que los británicos usan el canal más simple para hacer llegar su música a sus seguidores. Sin intermediarios. Directamente del grupo al oyente. Ya sea mediante "préstamos" por adelantado para subvencionar la grabación (con una recompensa extra a la hora de la publicación), ahora desde su web ofreciendo su disco en mp3 por el precio que el fan crea conveniente, o de forma física como toda la vida, para quien lo desee. El caso es que, además de ofrecernos unas maravillosas canciones, el seguidor de a pie es una especie de “accionista” pero con confianza plena en los actos compositivos de la banda. Y en esta ocasión, con doble aliciente: disco doble, elaborado, y soberbio como los mejores de su catálogo. Eso sí, que nadie espere nada asociado con el metal, y ni siquiera con el progresivo de sus primeros trabajos. Todos conocemos a estas alturas los caminos escogidos por la formación desde la entrada y comandancia de Steve Hogarth, aunque sin encorsetamiento previo, “Happiness Is The Road” se podrá disfrutar con facilidad ya que es un ejercicio de exquisitez musical en todos los aspectos. 

Al ser un disco doble (“Essence” se titula el primero y “The Hard Shoulder” el segundo), ya podemos hacernos una idea del abanico de posibilidades que MARILLION han puesto en práctica esta vez. Lo suelen hacer en un solo tema, imaginaos en un trabajo de 20 cortes. Aunque para no perder la noción comparativa, deciros que “Happiness Is The Road” es un compilado de las esencias de “Marbles” y de su anterior “Somewhere Else”. Todo lo bueno que cabía esperar siguen regalándolo sin aparente esfuerzo, pero son necesarias muchas escuchas para sonsacar todo los elementos que aquí se recogen.

Sólo con la emotividad desprendida en “This Train Is My Life” (tras la intro “Dreamy Street”), con esos fantásticos solos hirientes y atmosféricos de Steve Rothery, te conectan de forma automática a todo lo que viene a continuación. Dentro de este primer volumen, la melancolía tiene por nombre “Wrapped Up In Time” y por apellido “Liquidity”. MARILLION te llevan al éxtasis envolviéndote en melodías sutiles y preciosistas casi sin darte cuenta. Dos temas de corta duración que funcionan de puente en el ecuador de este primer volumen, para después seguir con su particular juego de luces y sombras en “Nothing Fills The Hole” y “Woke Up”; esta última con una melodía vocal cargada de matices. Al igual que “Trap The Spark”, con unas de las más inspiradas de todo el trabajo dentro de un marco de constantes cambios de ritmos tratados con delicadeza y total sentido de la hilaridad. Más experimentales y elaboradas se presentan “Essence” o el tema título “Happiness Is The Road”, siendo esta última una demostración de fuerza y temple en equilibrio. De las mismas características nos topamos con el cierre “Half Empty Jam”; todo un desparpajo de aparente caos bajo control. 

En el segundo volumen “The Hard Shoulder” siguen MARILLION guardando balas en la recámara. Con aires psicodélicos por un lado y setenteros por otro, como si dos caras de una misma moneda se tratara, “Thunder Fly” da inicia a este segundo compacto. La fantástica “The Man from the Planet Marzipan” posee un ejercicio instrumental enriquecedor; relajada al principio, Peter Trewavas marca los pasos con su bajo subiendo la intensidad hasta romper en frenada y volver a un mar de ambientaciones 100 % MARILLION. Sin duda, uno de los cortes más completos de todo este trabajo, y de los que más escuchas necesita para saborear cada segundo. También con un sinfín de cambios de ritmos y atmósferas se muestra “Asylum Satellite #1”; y es que MARILLION en casi diez minutos, pueden llegar a hacer muchas cosas. La reposada “Older Than Me” es otro corte corto que sirve para tomar aire pero sin desconectar del trayecto. Al igual que “Throw Me Out”. Aunque ambas parezcan dos temas metidos de relleno, cobran su sentido dentro de ese todo que conforma “Happiness Is The Road”. Más movidas en ritmos es “Half the World”, con un Steve Hogarth ahogando su voz en cada subida y bajada convirtiéndola en susurros por momentos.  

Si buscásemos un ejemplo de single, éste sería sin duda “Whatever is Wrong with You”, con un estribillo pegadizo, manteniéndose la intensidad en todo momento, y sí, más cercanos a RADIOHEAD que a GENESIS para que nos entendamos, aunque sea una comparación fuera de lugar. También de fácil recepción es “Especially Trought”, una canción donde la sencillez y la belleza se unen, apoyadas por un protagonismo de guitarras a medida. Y es que parece que MARILLION hayan dejado adrede los temas menos enrevesados y con sus armas más conocidas para el final, ya que “Real Tears For Sale” es el perfecto cierre. Aunque sea el último, es de los mejores, repito, con todo lo bueno que MARILLION son capaces de desprender en un solo corte: intensidad, subidas y bajadas, melodías vocales inspiradas, guitarras punzantes… Todo.  

Si nos paramos a pensar sólo en la época Hogarth, muy pocos trabajos superan a este “Happiness Is The Road”. Si mi opinión sirve de algo, diré que “Marbles” y “Brave” están por encima, pero aún así puede mirar cara a cara a otros notables trabajos como “Afraid Of Sunlight”, “Radiation” o su anterior “Somewhere Else”. No vamos a comenzar a hacer comparaciones con “Misplaced Chilhood” o “Clutching At Straws”, y ni mucho menos a nombrar a Fish. Fue otra época, de nada sirve echar la vista atrás. Ahora MARILLION hacen música para sus fans y para ellos mismos, y eso es algo que se palpa con fuerza en esta nueva entrega, la número 15 en su haber. Siguen demostrando que son una banda con una integridad, credibilidad, madurez y fidelidad a prueba de bombas.