El hacer una película sobre Ozzy Osbourne tiene su riesgo: a estas alturas ya está casi todo contado sobre su persona, y más sobre su personaje. E intentar resumir sus sesenta años de vida en hora y media no es lo mejor ni lo más adecuado. Ya podían haber pensado hacer algo así hace un tiempo en vez de aquel reality llamado The Osbournes… y haber hecho una serie más acorde sobre toda su historia, que da mucho de sí.

El montaje de la película tampoco es el mejor. Saltos de tiempo constantes, alternando la línea temporal normal que avanza desde su niñez, adolescencia y la formación de BLACK SABBATH, con imágenes e historias actuales, que no ayuda a la dinámica del documental. Empieza con la rutina del cantante antes de un concierto, para pasar a recordar su niñez y lo pobre que era su familia, antes de pasar a declaraciones de fans. Cuando la historia se centra realmente en un punto gana muchos enteros, como el momento en que deciden hacer música tenebrosa (ensayaban frente a unos cines, y Tony Iommi sugirió hacerlo, de la misma manera que se hacían películas de terror). Todo vino después de que Osbourne escuchara ‘She Loves You’ de los BEATLES (Paul McCartney es entrevistado), de los que se convirtió en un fan; fue entonces cuando decidió ser una estrella del rock, y vaya que lo consiguió.

Impacta la imagen de un pasillo lleno de discos de oro (en el primero pusieron mal su nombre, Ossie), y sorprende la naturalidad con la que hablan Geezer Butler y Bill Ward (Iommy aparece bastante menos) sobre los desfases y destrucción del grupo, consumiendo drogas todos los días a todas horas. La consecuencia fue que la gente alrededor de la banda se aprovechó todo cuanto pudo, y posteriormente se dieron cuenta de que seguían siendo pobres. La fama les llegó de repente siendo jóvenes, e intentaron aprovecharla tanto como pudieron; casi con la misma rapidez que les sucedió, pasa esta época en la película, sin entrar muy a fondo. Este periodo termina con las declaraciones de sus dos primeros hijos, que no le consideraron un buen padre, y su salida de BLACK SABBATH después de ‘‘Never Say Die’. Esto ocurrió tras la muerte del padre de Ozzy, tiempo en el que se refugió (una vez más) en el alcohol y las drogas.

Es entonces cuando entra en acción Sharon Arden (que cambiaría su apellido) para convertirse en su manager, y cuando la historia de fiestas y desfase pasa convertirse en un drama. El divorcio de su primera esposa (al que le sucedió el matrimonio con Sharon) y la absurda muerte del talentoso Randy Rhoads en accidente de avioneta cuando Ozzy ocupaba de nuevo el status de rockstar tras dos discos en solitario, fueron dos palos enormes, que hicieron que se volviera aún más demente y temerario. Su mujer habla sobre el escándalo de la paloma (y del murciélago), y Tommy Lee relata algunos de esos momentos cuando giró con MOTLEY CRUE. Choca ver como estando tranquilamente en su sofá comentando vídeos de los 80, Ozzy dice que no recuerda muchas cosas (por lo tanto, nunca pasaron), y decide irse a dar una vuelta antes de seguir viendo esa mierda.

El drama continúa con el intento de estrangulamiento sobre Sharon (por el que fue encarcelado), y se ve una imagen de 1989 en la que ya se ve un Ozzy parecido al que se vio tiempo después: totalmente ido y tembloroso al hablar. Es lo que tiene años de excesos sin parar… y por los que recientemente fue sometido a estudio, llegando a la conclusión los científicos de que era inexplicable que siguiera vivo. Aunque no salgan en la película, fueron los siguientes. ha estado expuesto 6.13 veces más al alcohol que una persona normal, ha abusado de la cocaína unas 1.31 veces más de lo tolerable y encontraron una particularidad en un gen de Ozzy, que le permite tolerar el alcohol mucho más que cualquier ser humano. Además de ello, al estudiar su ADN, confirman que el vocalista es descendiente del hombre Neandertal.

La parte final del documental está centrada en sus hijos hablando (para mal) sobre lo mal padre que era, la pantomima que resultó ‘The Osbournes’ en la Mtv (con Jack diciendo que la gente no querría poner el canal y ver como el alcoholismo destruía una familia; el peor punto de su adicción, cual zombie), y entre historias varias, el mayor punto de inflexión de la vida de nuestro protagonista: el ver como después de haber experimentado con drogas, su hijo era capaz de permanecer sobrio y él no. Es entonces cuando decide tomarse la vida más en serio, y es el actual Ozzy Osbourne que conocemos, mejor persona y por fin un padre alejado de cualquier tiempo de excesos; reciénteme dijo que la marcha de Zakk Wylde fue un alivio, debido a que era complicado estar con una persona que no paraba de beber. Si tal como dice en la película, con 23 años se sentía el rey del mundo, ¿cómo lo hará ahora?

En cualquier caso, un documento insuficiente y bastante corto, para una historia que se sucede sin más y en la que no se profundiza en ningún momento. Se saltan los 90 por completo (y casi todos los 80), la anterior reunión de BLACK SABBATH, su festival Ozzfest, la última etapa de su carrera musical… muchas lagunas y huecos que de haber sido más ambiciosos, o haber enfocado esto de otra manera, hubiera resultado ser mejor; parece destinada a decir lo buen padre que es en la actualidad después de todos los fallos que ha tenido. Está claro que la figura de Ozzy es atractiva y la película tiene sus momentos, pero por esa misma razón deja con ganas de mucho más.

 

Varo ( varo@themetalcircus.com )

Discográfica:Eagle Rock

Puntuación:7

Canciones:

  1. Película

Año:2011