Iommi: Fused

Es curiosa la expectación que, casi cuarenta años después de iniciarse en el
mundo de la música, siguen despertando Tony Iommi y Glenn Hughes. Aunque para
muchos hablar de Tony Iommi es sinónimo exacto de hablarde BLACK SABBATH, el
trabajo de estudio de Iommi cada vez toma más cuerpo y pese a que mantiene su
estilo de toda la vida, demuestra que hay vida más allá de BLACK SABBATH, el
Ozzfest, Ozzy, Sharon y todo aquello que evita que hoy en dia salga un disco
decente de la formación original de BLACK SABBATH. Bravo por Iommi, claro. Rodearse
de un elemento como Glenn Hughes para su carrera en solitario es una decisión
de lo más acertado.

Quien escuchó “The 1996 DEP Sessions”, el disco conjunto que editaron estos
dos monstruos el año pasado, quedó gratamente sorprendido por la calidad del
material y, aun más, por lo inexplicable de que ese material hubiera permanecido
inédito durante casi una década. La genialidad que surge cuando Hughes y Iommi
se juntan para trabajar en sus canciones no merece ser ignorada de esa manera
por el gran público. Aunque, todo hay que decirlo, discos como “Fused” tienen
una ventaja sobre el resto de discos de cualquier artista contemporáneo: la
carga clásica de sus compositores principales eclipsa a la calidad en sí de
la música. Estoy seguro de que si, hoy en dia, BLACK SABBATH se comieran una
ración de fabada asturiana y grabaran los efectos colaterales en un CD, a nadie
le importaria por el simple hecho de que lo han grabado BLACK SABBATH y es su
primer material original en un montón de años. Sin ser tan extremistas, podemos
determinar que si “Fused” no hubiera sido grabado por un señor llamado Glenn
Hughes y por otro señor llamado Tony Iommi, no sería tan buen disco. Si uno
lo mira objetivamente, no se trata de un mal disco, pero tampoco de una obra
que vaya a cambiar el curso de la música. Es un disco normalito, con ese toque
tenebroso tan propio de Iommi y su guitarra, pero que a duras penas alcanza
la genialidad de “Seventh Star”, puestos a comparar.

“Fused” es un disco de heavy metal, ni más ni menos. Es una vaga idea de cómo
sonarían BLACK SABBATH en el 2005, aunque tengamos a Glenn Hughes a la voz y
no a Ozzy. Con eso en mente, podemos determinar que –como todos ya sabíamos-
Tony Iommi es la única pieza insustituible en la banda de Birmingham. Cante
Hughes, Dio, toque Appice, Arnoff o quien quiera…todo sigue sonando a BLACK
SABBATH. Quizá Tony desearía quitarse el estigma de encima, o quizá lo vive
con mucha dignidad pero quizá es un poco pesado componer material que debería
sonar actual y acabar recibiendo una crítica como ésta en la que se dice que
tu disco en solitario suena a BLACK SABBATH por los cuatro costados.

En “Fused” encontramos una buena ración de temas oscuros, con un Hughes que
se quita de encima su capa de tipo espiritual y explota las vertientes más oscuras
de su voz. Desde el primer tema, “Dopamine”, hasta el último, “I Go Insane”,
“Fused” es un ejercicio pesimista, denso y cargado de sentimiento. El tono mucho
más grave de Glenn ayuda a que esto no parezca uno de sus discos de funk hard
rockero chillón y el tono abiertamente pesimista de la música consigue crear
un ambiente denso como él solo. Sólo en momentos como el cambio de ritmo en
“Grace” la cosa se vuelve algo más animada pero, por norma, “Fused” es muy oscuro.
Tanto “Wasted Again” como “Deep Inside a Shell” deberían competir en la categoría
de “temas con los que no superar una depresión”, mientras que “Saviour Of The
Real” o “Face Your Fear” contienen riffs que dejarían a todos esos chicos de
SLIPKNOT y DISTURBED temblando.

Quizá no es el mejor disco de la carrera de ambos genios de la música, pero
con la coyuntura actual, este disco es un ejercicio más que coherente de sapiencia
musical.