Dokken: From Conception – Live 1981

Una refrescante dosis de hard ochentero nunca viene mal un lunes por la tarde. Hacía tiempo que se venía rumoreando la edición de un disco en directo retrospectivo de los maestros DOKKEN, concretamente de aquella época en la que la banda aún no había despuntado y en la que Don Dokken todavía era un posible sustituto de Klaus Meine en SCORPIONS. Y, lo más importante, para ser un disco en directo grabado en 1981, suena de perlas.

Registrado en el año 1981, “From Conception – Live 1981” ofrece una visión concisa y nostálgica de los viejos tiempos de DOKKEN. Para que nos hagamos a la idea, los temas que componen el disco son casi todos de su primer trabajo de estudio. De ese modo, nos encontramos multitud de temas como “Paris Is Burning”, “Young girls” o “Breakin’ The Chains”. Futuros clásicos en potencia (unos más que otros) que se presentan en éste disco en su modo más primitivo y efectivo: el directo. Algunos como “Paris Is Burning” suenan algo más lentos de lo habitual, pero igualmente contundentes. Otros como “Nightrider” contiene un cierto sabor más propio del hard rock de los setenta que del hard melódico ochentero por el que la banda se haría famosa. De cualquier modo, habituados a escuchar las interpretaciones actuales de la banda donde evidentemente el sonido de las canciones es menos fresco y más estudiado tras años y años de ser ensayadas e interpretadas en directo, lo que recoge “From Conception – Live 1981” es un testimonio de los inicios de un monstruo del rock que terminó siendo un bicho del rock. En otras palabras, tras su eclosión en los ’80, DOKKEN han visto el impacto de su música muy limitado. Son como los SAXON del Hard Rock. La banda que siempre estuvo a la sombra de los más grandes del estilo, con muchos seguidores fieles pero sin haber vuelto a despuntar a nivel masivo tras su buen momento en la década mágica de los ’80.

Hay algunos elementos en el disco que denotan algunos rasgos de la banda en años venideros. “Wild” Mick Brown ya era una maquina por entonces y lo demuestra con un juego de doble bombo muy consistente a lo largo del disco. Otro es la maestría de George Lynch a la guitarra, aunque le quedaban unos cuantos años para acabar de brillar en todo su esplendor como músico. Paradójicamente, en su solo de guitarra hace algunos pasajes muy interesantes pero también otros algo más torpes que muestran que la era de los super-guitarristas aún estaba lejos. Por suerte, Lynch terminó formando parte de esa liga tras practicar unos cuantos años más.

Don Dokken es el foco de atención de la gran mayoría de canciones del disco. Su voz nasal pero instantáneamente reconocible es el hilo conductor de todos los temas de la carrera de DOKKEN, una banda en la que los cambios de formación se han sucedido a lo largo de los años. Sin ser jamás un gran vocalista (ni siquiera en 1981), Don demuestra tener un estilo propio, un timbre tan inconfundible como el de Ozzy Osbourne y una cierta dificultad con los fragmentos más agudos de los temas. O sea, igual que veinticinco años después.

El mayor atractivo del disco es, sin duda, la inclusión de tres temas inéditos que no habían salido a la luz hasta el momento en ningún disco de la banda. Se trata de “Goin’ Down”, “Hit And Run” y “You’re a Liar”. Ese el principal caballo de batalla de éste disco y el principal motivo para hacerse con él. Aunque no disgusta a nadie, como he dicho, inyectarse una buena dosis de hard ochentero un lunes por la tarde. Yo lo he disfrutado.