Protest The Hero: Fortress

Es una gozada plantarse con un disco que te deje sin palabras a la hora de definir lo que tiene en su interior; y a la vez, es frustrante. Y así me encuentro a la hora de definir la segunda obra de PROTEST IS THE HERO. Seguramente pueda usar multitud de calificativos, y en líneas generales, me quedaría corto. Llevaba varios días sin poder parar de escuchar el disco, pero esperando más tiempo a escribir la crítica, porque no sabía muy bien ni como empezarla, y mucho menos como seguirla.

Esos cambios vertiginosos de velocidad bien podrían encasillarlos dentro del math-core como alumnos aventajados de Dillinger Escape Plan y derivados, pero estos van mucho más allá. La voz de Rody Walker destaca por encima de todo con una facilidad tremenda para moverse por donde quiera de la manera que quiera; y si a alguien puede recordar ese registro para pasar en una décima de melódico a desquiciante, es a Mike Patton, valga como muestra ‘The Dissentience’, segundo corte del álbum… salvando las distancias, porque Patton solo hay uno, y porque, sin saber muy bien por qué, muchas veces a quien me recuerda Walker es al tono de Matt Bellamy, de Muse, de una manera alocada y embrutecida, como ocurre en ‘Sequoia Throne’. En cualquier caso, y recuerde a quien recuerde, lo que está claro es que tiene una voz privilegiada y hace gala de ella.

Pero no solo de Rody vive el grupo; la técnica envidiable de la que hacen gala a su edad se puede apreciar en cualquier de sus composiciones, habiendo madurado desde su debut, creando estructuras aún  más complejas esta vez. Escuchar los cinco minutos de ‘Bone Marrow’ se transforma en toda una experiencia para los más abiertos de mente, con partes progresivas, hardcore, bañado con una melodía exquisita. En otros temas optan directamente por ritmos desquiciantes, como en ‘Wretch’, con guiño a Mastodon incluido, o ‘Limb From Limb’, que cuenta con la colaboración del teclado de Vadim Pruzhanov de Dragonforce. Algunas suenan vertiginosas sin necesidad de ser tan locas, como ‘Goddess Bound’ o ‘Spoils’, otras parecen sacadas de una mente trastornada apasionada del metal progresivo como ‘Palms Read’…

En definitiva, diez temas para escuchar sin prejuicios; una gozada poder disfrutar de un disco completo lleno de calidad sin tener que saltar ningún tema de relleno. Y es que a veces diez temas parece el número perfecto para que un disco quede redondo… A día de hoy, y con practicamente todo inventado en el mundo del rock/metal, es de agradecer que haya grupos como este quinteto canadiense, empeñados en mostrar que el elemento sorpresa a veces sigue ahí. Solo hay que dar una pequeña oportunidad y una escucha a sus discos para comprobarlo.