Akira Kajiyama & Joe Lynn Turner: Fire Without Flame

Por alguna extraña razón, Joe Lynn Turner se ha convertido en un vocalista
que siempre acaba rodeado de tipos que intentan imitar descaradísimamente a
Ritchie Blackmore o en bandas que tienen un sonido muy parecido al de DEEP PURPLE.
El motivo por el que Turner, un vocalista de talento más que comprobado, hace
esto es algo que escapa a mi conocimiento. Ya sabemos que es un gran vocalista
de Hard Rock, y que su trabajo en RAINBOW y DEEP PURPLE es muy relevante, pero
creo que es hora de que tome una senda un poco más parecida a la que sigue en
su último CD en solitario, “The Usual Suspects”, en lugar de participar en mil
proyectos que lo único que hacen es recrear el sonido de dos bandas punteras
en el rock de los años 70.

Habiendo dicho esto, Akira Kajiyama es el músico con el que Turner ha trabajado
en ésta ocasión para hacer otro disco de sonido “a lo RAINBOW” o “a lo PURPLE”,
según como uno quiera enfocarlo. Kajiyama no es un tipo desconocido para el
vocalista, ya que han trabajado juntos en anteriores discos en solitario de
Turner, caso de “Undercover” o “Slam”, además de haber colaborado en la gira
de HUGHES TURNER PROJECT, aquel fantástico y original proyecto que dieron a
luz dos grandes del rock como son Glenn Hughes y el propio Turner.  Al menos,
Turner no ha trabajado de manera oportunista con Kajiyama, sino que la colaboración
en éste “Fire Without a Flame” ha sido algo natural, resultado de una amistad
musical de hace años.

No es una sorpresa que la manera en la que se conocieran ambos músicos fuera
en un disco de tributo a RAINBOW que Akira grabó en 1998. Todos los temas del
disco suenan mucho a la banda de Blackmore, con algunos de ellos recreando con
mucha fortuna el clásico sonido de la banda, como “Fire Without Flame” (en la
línea de los RAINBOW más melódicos y radiables de los años 80) o “Looking For
Trouble”. Así mismo, hay guiños descarados a DEEP PURPLE en temas como “Slow
Burn”, que parece una copia brutal de “Burn” en cuanto a estructura, pese a
que los acordes sean diferentes.

En cuanto a sonido, el disco es impecable, con la guitarra y la voz como principales
protagonistas de la mezcla. Paradójicamente, Kajiyama ha sido el encargado de
todos los instrumentos, incluyendo bajo y batería, así como los teclados. Debe
ser que en Japón les dan algo raro en la comida que los hiperdesarrolla como
músicos, sino, no se entiende.