Annihilator: Feast

El hecho de que X grupo sea “la banda de” hace que recaiga un peso extra sobre esa persona… y que a menudo la labor de los demás pase desapercibida. Lo primero es un hecho reconocido por el propio Jeff Waters. En una entrevista (que se puede leer en este enlace) reconocía que su status como guitarrista era muy superior al de ANNIHILATOR como banda. En otras palabras: hay más gente que puede citar a Jeff como influencia en su manera de tocar la guitarra que un grupo a su banda como un espejo donde mirarse.

Tanto en las palabras de esa charla, como sobre todo en la que nos repasó toda su discografía (incluso puntuándola, se puede ver aquí), se nota que Waters es un tío sincero que no le importa reconocer fallos, o hablar de su visión del panorama. Respecto al segundo punto del primer párrafo, a menudo la labor del vocalista de turno (pasaron unos pocos desde finales del 80 hasta primeros de este siglo) pasaba desapercibida, o lo que es peor: se infravaloraba. Ante un guitarrista de esa talla, las voces no llegaban a estar a la altura. Encima, los cambios constantes no ayudaban a asentarse. Entonces llegó Dave Padden, y ahí sigue, una década y cinco discos después. Primero en un segundo plano evidente, pero cada vez mejor y más involucrado. ‘Feast’ marca su mejor trabajo hasta la fecha en su labor, y lo que es más importante: como extra, se ha incluido una regrabación de quince de sus mayores éxitos, demostrando que defiende tan bien en estudio como lleva haciéndolo en directo temas emblemáticos de la discografía del grupo. Donde no varía el asunto es en carrusel de cambios en el puesto de batería y bajo (aunque las partes de éste último en estudio las haga el propio Waters).

‘Feast’ empieza a piñón, a la antigua usanza. La velocidad manda en ‘Deadlock’ y hace rememorar los grandes tiempos de la bay área, muy al estilo de los primeros METALLICA. Está claro que tanto las rítmicas como las partes de solo son lo más trabajado, pero Padden mantiene el nivel y está a la altura (más agresivo que en otras ocasiones), continuándolo en una martilleante ‘No Way Out’, donde Waters ya empieza a hacer diabluras en su mástil, jugando con los cambios y punteos. Si ambas recuerdan a tiempos pasados, ‘Smear Campaign, más densa y oscura, nos trae de vuelta a los ANNIHILATOR de los últimos tiempos. Donde sorprenden por completo es en ‘No Surrender’, con un aire funky y una fusión de estilos que, guste o no, se hace totalmente pegadiza. No se queda atrás la macarrada de ‘Wrapped’, donde repite un invitado que ya estuvo presente en ‘Metal’ hace cinco años, Danko Jones, aportando su seña de identidad, a medio camino entre el punk sucio y el hard rock, pero con el toque metálico de la banda con la que colabora.

Tras los dos temas más alejados de su estilo más puro, no podía faltar un medio tiempo con tintes de balada, y esta vez lo encontramos en ‘Perfect Angel Eyes’, que marca el único momento de descanso de ‘Feast’, adentrándonos en un tramo final donde la duración de los cortes se multiplica. Con ‘Demon Code’ cuesta entrar de nuevo en la espiral de rapidez que teníamos al comienzo del disco; el hecho de que sobrepase los seis minutos no ayuda demasiado. Ocurre algo parecido con ‘Fight The World’, que tras su intro rompe en un trallazo que esta vez sí, nos devuelve la mejor versión del grupo, dejándonos una de sus mejores composiciones, antes de cerrar con ‘One Falls, Two Rise’, que aunque peque de larga, nos deja tanto los momentos más espídicos como (omitiendo ‘Perfect Angel Eyes’), los más tranquilos.

Tomando como referencia una de las entrevistas a las que hacía referencia más arriba, ¿qué nota le pondría Jeff Waters a ‘Feast’? Quizá se lo preguntemos dentro de unos años. De momento, consigue mantener a ANNIHILATOR en primera línea de un thrash metal revalorizado con el paso del tiempo. Nosotros lo celebramos, y lo seguiremos haciendo con su próxima visita. No habrá que esperar mucho, ya que a mediados de octubre los tendremos por aquí (más información en este enlace).