Royal Hunt: EYE WITNESS

Séptimo disco de estudio y tercero de la “era West” en la
fructífera carrera del grupo de André Andersen. Pese a que su trayectoria ha
tenido importantes altibajos y a que muchos de sus fans nunca le perdonaran
al ruso la polémica expulsión de DC Cooper, es innegable que el trabajo de John
West siempre ha sido sensacional. Incluso creo que obras como The Mission son
de lo mejor que han hecho en toda su carrera, pero los que lloraron la huida
de Cooper apenas han mostrado interés en la etapa West.

Si The Mission alcanzaba cotas de perfección, Eye Witness correrá una suerte
pareja a la de Paradox, un inmenso trabajo que pecaba de repetición de esquemas,
caso similar al del disco que nos ocupa. Afortunadamente Andersen ha sacado
de su chistera una temática muy a la orden del día como es la manipulación mediática
de la información. Que el mundo lo mueven cuatro ricos y que vivimos entre mentiras
es un hecho, pero no está de más que bandas como los Hunt dediquen un disco
y dejen a los dragones y a los elfos en paz. Pese a que juegan sobre seguro
en la mayoría de cortes, sin apenas arriesgar, hay un par de sorpresas que han
quedado realmente bien. “Wicked lounge” está ambientada en un ambiente de cabaret
y goza de un toque jazz de club muy logrado. Los coros inconfundibles del grupo
y las teclas de Andersen se dan la mano con un precioso saxo dando un toque
de clase. El primer single va a ser “Game Of Fear”, uno de los cortes más netamente
heavies con el toque neoclásico que tan buenos resultados les da. Si algo borda
esta banda son los estribillos y los coros femeninos que dan esa riqueza marca
de la casa. El abanico de cortes bañados en el sonido clásico de Royal Hunt
es muy amplio: “Edge Of The World”, “Burning The Sun”, “Hunted”… todas ellas
poseen esa velocidad con el teclado y la voz de West como principales protagonistas,
y todas ellas cojean del mismo pie, son demasiado similares a lo que vienen
haciendo desde años ha. Mención especial merece el sr. batería Allan Tschicaja,
que sin ser del grupo borda su cometido. Y los fieles escuderos de Andersen,
Mogensen y Kjaer, continúan dando el callo desde un segundo plano y demostrando
su enorme valía como músicos. Quizás esta vez no abusen tanto de los elementos
progresivos que conforman su música, pero aún siendo un disco bastante directo,
no le falta calidad.

Interesante disco de Royal Hunt que pese a mantener un digno nivel no alcanza
las cotas de calidad de su antecesor. Pese a haber algunas ideas novedosas e
interesantes, el CD cae en la repetición de esquemas que tanto dominan los daneses.
Si es el primer disco que escuchas de esta infravalorada banda puedes alucinar,
pero si les sigues la pista desde hace años los temas te recordarán a canciones
ya editadas. El verdadero problema del grupo no es en los discos de estudio,
sino en sus apariciones en directo sin coristas. Los coros de Royal Hunt son
el 50% del sonido de la banda y recorrer a samplers o eliminarlos los deja en
una mera caricatura. Su directo 1996 fue su máxima obra, pero también un terrible
lastre que están condenados a arrastrar hasta el fin de sus días. Las comparaciones
son odiosas pero necesarias…