Wolf: Evil Star

Si hasta hace poco Wolf eran conocidos por algo era por haber sido capaces de presentarse ante toda la escena metálica con una de las portadas más penosas que se recuerdan. Si el lobito de su disco debut, digno de haber sido creado por un escolar de 5º de primaria de Goteborg, hizo tambalear su puesta de largo, con su anterior Black Wings y este Evil Star terminarán las risas y a más de un@ dejarán con la boca abierta.

Black Wings ya cosechó puntuaciones excepcionales, pero Evil Star es, sin lugar a dudas, lo mejor que hayan grabado en su corta carrera. Sigue todo en su sitio: Peter Tägtgren es el productor, firman una enorme cantidad de temazos y continúan fieles a ese sonido de los Maiden primerizos, a la época DiAnno, la del Iron Maiden y Killers. Puede que a muchos les parezca poco motivante escuchar a una banda que lleva a rajatabla los cánones más puros de la NWOBHM y que apenas aporten nada, pero señor@s, hoy en día es una bendición que todavía existan bandas que campean con el estilo clásico sin llegar a la copia barata o al cóctel de plagios. Wolf son alumnos aventajados de la vieja escuela, sacando punta a los clásicos presentándolos a más revoluciones.

El enorme acierto de fichar a Johan Büglow como segundo guitarra fue un paso decisivo para conseguir ese característico sonido de guitarras que no para de facturar riffs básicos por los que suspirarían muchas bandas de las ya consagradas. La particular voz de Niklas Olsson es otra de las características básicas del sonido del combo sueco.

Abren con “Evil Star”, a todas luces un clásico que se hará imprescindible en sus descargas. Veloz, pegadizo y con un guiño a la banda sonora de “The Twilight Zone” ejecutado a más revoluciones. Para los nostálgicos de “la doncella” que sepan que toda estructura compositiva de Wolf contiene numerosos cambios de riff típicos de Iron Maiden como en “Out Of Still Midnight”. Entre lo más florido del compacto podemos destacar otro puntal como es “American Storm” o la vertiente más melódica y pegadiza de “Wolf’s Blood”. Respecto a su anterior obra podemos decir que las canciones son algo más largas (también más elaboradas) y a veces da la sensación que han cuidado más este aspecto en detrimento de la velocidad. “Black Wing Rider” es otro tema muy definitorio del estilo del grupo y otra razón para darles una oportunidad de acercarse al lobo sueco. Fieles a lo que han hecho en anteriores CD’s, incluyen tres versiones que, si bien quedan algo irregulares muestran que esta banda se atreve con todo. Si en Black Wings tributaban a la Mercyful Fate, aquí atacan a grupos tan dispares como Blue Oyster Cult, Ramones o Slayer. La versión de “(Don’t Fear) The Ripper” es un tema que sale solo, la han versionado ya chorrocientosmil grupos y casi siempre con grandes resultados. Wolf no son una excepción, han salido airosos. “I’m Not Afraid Of Life” no es uno de los temas más famosos de los Ramones, quizá sea la versión más lucida pues han conseguido darle el toque personal y darle una fuerza adicional. El “Die By The Sword” de Slayer quizá sea la más flojita de las tres, pero no deja de tener mérito que se atrevan con un clásico de los dioses del thrash.

El lobo sueco está de vuelta y muerde mejor que nunca. Doce dentalladas a cada cual mejor. Quizá deberían centrarse ahora en mejorar su rendimiento en directo pues cuando los vi en Wacken había lagunas importantes. Puede que en un futuro próximo Wolf lleguen a ser un importante referente, pero antes alguien tendría que confiar en ellos. La escudería Massacre ya confía en sus posibilidades, es un paso adelante, pero todavía queda mucho.