Stratovarius: Elements Part II

STRATOVARIUS necesitan un cambio urgente, y espero que, por el amor de Dios, el nuevo contrato con Sanctuary se lo proporcione. Recuerdo cuando escuché “Infinite” por primera vez en marzo de 2000 y pensé “que buen disco”. El problema es que desde entonces han hecho el maldito mismo disco una y otra vez hasta conseguir el hastío de fans, prensa y probablemente de ellos mismos. No exagero demasiado si digo que AC/DC varían mas sus esquemas compositivos que no Timo Tolkki.

“Elements Part II” no es exactamente “las sobras” de “Elements Part I”, sino una simple segunda parte, y ya se sabe que segundas partes nunca fueron buenas. En este caso, el disco es magnifico: portada cegadora, producción cristalina, ejecución perfecta de los temas…pero es que estamos en lo mismo de siempre. El disco se hace aburrido por momentos. Este solo a mil por hora aquí, esta ambientación atmosférica allá, este gritito revienta-cristales allá… lo que podría ser la gran banda de nuestra epoca esta repitiendose sin innovar lo mas mínimo, y eso es cualquier cosa menos bueno.

El disco comienza con un tema soso y pesado como “Alpha & Omega” que, acostumbrados a los temas galvanizadores y positivistas para abrir sus discos, se presenta como “la” novedad del disco. A nivel compositivo no es una maravilla, simplemente escuchar la letra que dice “yo soy Alpha, yo soy Omega” comienzo a retorcerme en mi silla pensando en que pasó por el cerebro de Tolkki para escribir semejante verso sobre una hoja.

El siguiente tema no es tan malo.“I Walk To My Own Song” está salvado por lo pegajoso del teclado de Jens Johansson mientras que el semi-desafine de Timo Kotipelto en el estribillo le da un aire diferente al tema. Es, una vez mas, el single ideal y a buen seguro un tema que sonará en sus próximos directos, pero nada del otro mundo. La sensación de deja-vu es constante y “I’m Still Alive” recuerda excesivamente a “Phoenix” de “Infinite”.

Basicamente, la gracia está en que el tema mas estúpido de la historia de la banda, el facilón “Galaxies”, tiene mas gracia que todos los de este disco combinados. ¿Porque? Facil. Entonces, STRATOVARIUS hacían algo que no era demasiado usual para la época. Actualmente, ya no solo hay bandas-clon de STRATOVARIUS sino que STRATOVARIUS se han convertido en clones de sí mismos.

Baladas acústicas (“Season Of Faith’s Perfection”), medios tiempos densos (“Awaken The Giant” –el equivalente a ‘Soul Of a Vagabond’ de la primera parte), recuerdos a su pasado de finales de los 90 y a temas como “Speed Of Light” (“Know The Difference”), bucólicas odas a universos de chucherías, mundos de yupi, y tierras de gominola y piruletas y lollipops y casas de chocolate (“Luminous”), canciones que roban el nombre a programas para ordenador (“Dreamweaver”) y -un único tema que parece valer la pena- el baladón a piano “Liberty”, que , no nos engañemos, podría ser el himno de alguna secta positivista y el cual hará que caigan terrones de azucar por vuestros altavoces.

Sin lugar a dudas, STRATOVARIUS se han quedado anclados en la fórmula que les proporciono el éxito. Pero la gracia de conservar el éxito es saber mantenerlo y la mejor manera habitualmente suele ser cambiar el esquema para mejorarlo o, en su defecto, adaptarlo a las nuevas corrientes para que no suene caducado. Y STRATOVARIUS se resisten a ejecutar ninguna de esas dos acciones. Será que el frio finés ha conseguido congelar la grabación de “Infinite” y no pueden salir de ella. Incluso eso es más probable que no que STRATOVARIUS cambien minimamente su esquema.