Skunk D.f.: El Crisol

En ocasiones hay discos que solo tras la primera escucha te das cuenta que son algo más que eso, algo más que un disco; que tienen algo que los hace especial. Y ese es sin duda el caso de ‘El Crisol’, la nueva obra de SKUNK D.F. Quizá influya el hecho de que un servidor ya escuchara algo en el mismo estudio hace meses, pero ya entonces uno se podía dar cuenta de que este disco es ‘algo más’. Y a buen seguro que las personas que asistieron a su final de gira en Enero ya pudieron apreciarlo, con un regalo en forma de tres temas nuevos que aquí incluyen.

Para empezar, presentan unas cuantas novedades, al menos en estudio, respecto a su ‘Esencia’. David Ramos sustituyó hace tiempo a Roy Wasercier, y Xavi Igual hizo lo propio con Alberto Marín hace ya casi un año, por lo que ambos debutan en estudio con sus guitarras. Si bien la personalidad del grupo, aún evolucionando, sigue inalterable, han sabido dar un aire distinto para no estancarse, y son parte clave en el sonido de 'El Crisol'. Además, Xavi ha sido coproductor junto a Albero Seara de este nuevo álbum, lo que da una idea de la calidad de su fichaje y su versatilidad como músico.

Respecto a esa evolución mencionada, se ha hablado, escrito y comentado mucho; no son pocos los fans que tras ‘Neo’ se sintieron decepcionados. No hay duda de la calidad de ese disco, pero de haberse acomodado en ese sonido, seguramente, a día de hoy, SKUNK D.F no existiría como grupo, y estaríamos hablando de ellos como de tantos otros que se quedaron en el camino de un sonido obsoleto cuya moda ya pasó. Porque al fin y al cabo, lo mejor de cara a las modas es intentar desmarcarse de ellas lo máximo posible, ya que una vez se acaban, mal asunto. Así, ‘El Año del Dragón’ se adentró en terrenos más melódicos, que continuaron en ‘Esencia’ y se evidencian más aún en ‘El Crisol’. Y todavía a día de hoy, SKUNK D.F han sabido mantenerse al margen de las modas, para encontrar, hace ya tiempo, su propia personalidad que los diferencia del resto. La evolución de un grupo y la madurez de las personas muchas veces van de la mano, y en esta ocasión se hace bastante palpable.

Abre ‘El Crisol’ el tema adelanto de hace un par de meses, ‘En Noches Como Esta’, donde se advierte la línea continuista de ‘Esencia’ de una manera más rockera y dinámica. Un tema corto de poco más de tres minutos, directo, y donde de nuevo vuelve a jugar un papel determinante y único la letra de Germán González. Y a grandes rasgos, esa podría ser la descripción de los otros nueve cortes, cada uno con detalles y características por descubrir. Por ejemplo, el riff hipnótico de ‘Decreto Ley’, uno de los mejores temas del disco, donde se nos invita a tomar nuestro propio control, la crudeza de ‘Adios’, tanto musical como a nivel de letras, tras una intro a base de programaciones… Y es que ese es otro punto a tener en cuenta del disco: las programaciones y teclados tienen más presencia que en otras ocasiones, y de una manera bastante notable de la mano de Germán y Edu Brenes.

Sin ir más lejos, ambos son los elementos sobre los que gira el tema que da título al disco; una historia de amor y fantasía, donde afloran los sentimientos, que pone los pelos de punta y que sobresale por encima de los demás temas. También es el elemento principal de ‘Esta No Es Tu Canción’, donde Germán se disfraza de Dave Gahan y el resto de la banda de la etapa más rockera de Depeche Mode, en un tema donde de nuevo se vuelve a mostrar un lado dolorido. Pero también encuentran sitio los temas más rápidos y cañeros, como ‘Las Palabras Precisas’, tirando de distorsión, donde vemos como un padre enseña a su hijo, y encontramos seguramente la colaboración más especial de la carrera de SKUNK D.F, la del hijo de Germán al final del tema cantando el estribillo de ‘Supernova’. No es la única del disco, ya que un viejo conocido, Carlos Escobedo, vuelve a acompañar al grupo en ‘Invisible’, otro tema muy dinámico y con gran presencia de las guitarras.

También tiene hueco un tema más íntimo y semi-acústico, ‘Sueño Polar’ (para los escépticos, nada que ver con el tema del mismo nombre que Germán grabara hace años con Elecktra), donde de nuevo encontramos una historia llena de fantasía. Completan el disco ‘No Me Juzgues’, que carga con la responsabilidad de ir tras el mejor tema del disco, y donde es el bajo de Pepe Arriols el que lleva el peso del ritmo, mostrándose en principio como la gran tapada de ‘El Crisol’, y ‘Loto’, que cierra el álbum de una manera cruda, con una letra de nuevo con un claro mensaje… pero que cada uno escuche y juzgue, tanto esta como las demás.

En definitiva, SKUNK D.F. ha hecho un disco llamado a probar, una vez más, los sentimientos de quien lo escuche; un trabajo redondo, donde si ya nos mostraron en su obra anterior toda su esencia, ahora la desarrollan, y vuelven a crear un álbum bonito, a la par que doloroso. Una primera mitad de disco bastante directa, con un punto de inflexión, que acertadamente da título al álbum, y una segunda parte que, si bien no tiene nada que envidiar a la primera, se muestra mucho más variada. Un sinfín de sensaciones donde las sobresalientes letras de Germán dan lugar a libres interpretaciones del oyente en algunos casos, mientras que en otros, simplemente emocionan; y además, acompañado de una banda por la que sus cambios de formación no parecen afectarla, sino que la hacen, si cabe, más fuerte. Una evolución constante que en teoría toca su punto más alto… hasta que vuelvan con una obra nueva y de nuevo se superen. Solo un último apunte, y negativo; quizá sea el ‘mejor’ defecto, por decirlo de alguna manera, que pueda tener un disco, y es su duración. Los diez temas dejan con ganas de más, y me niego a pensar que deban pasar aproximadamente dos años sin escuchar nada nuevo de ellos…