Seven Wishes: Destination: Alive

¡Ay! La fría Suecia. Cuna de grandes bandas sea cual sea el estilo a desarrollar;
y aunque estos SEVEN WISHES sean de Goteborg, nada tienen que ver con el sonido
del mismo nombre ni con etiquetas colindantes. Lo suyo es el hard rock de corte
más metálico, dígase PINK CREAM 69, TEN, los más recientes EVIDENCE ONE…. Claro
está que para llegar a dichas directrices, se empieza por debajo, años atrás,
siendo DOKKEN y RATT entre otros, fuentes de inspiración confesas en las composiciones
de estos suecos. Lo que nos presentan SEVEN WISHES en este, su tercer trabajo
(“Seven Wishes” 1999, “Utopia” 2001) y mejor hasta la fecha, es una perfecta
copulación entre las tendencias más rejuvenecidas del estilo (entiéndase también
por ello, una producción de lo más pulcra), y el sonido añejo perteneciente
a la eclosión de grandes formaciones del género de mediados de los 80.

Uno de los objetivos primordiales que claramente se han marcado este cuarteto
en este disco, es el trato de los estribillos. Bueno….finalidad de SEVEN WISHES
y de formaciones de su misma calaña, ya que la fácil retención de éstos, suponen
un gran atractivo de cara al oyente, además de formar parte de un ente identificador
de cada canción en sí. Y lo logran. Los estribillos de “Fortuneteller”, “Follow
The Stars”, así como de la inicial “Cross My Heart”, precedida por una prescindible
intro de mismo título que el disco, permanecerán de forma perenne en tu memoria
durante varios días.

El trabajo de la guitarra de Toby Andersson también es digno de mencionar.
Se nota que ha sabido explotar con inteligencia, los sonidos de su seis cuerdas
moviéndose desde riffs netamente heavys, hasta sonidos acústicos en segundos
planos entremezclados y/o enlazados con descargas rockeras llenas de sentido. 
En cuanto a los solos….no significa el descubrimiento de un nuevo hacha, pero
se muestra más que correcto y válido en sus interpretaciones. Pegadle una escucha
a “All That I Wanted”, una de las mejores del álbum, y verán que está a la altura.
En cambio, la voz de Pelle Andersson (¿hermano del guitarra?), es lo que me
deja indeciso a la hora de decantarme a favor o en contra. Supera con creces
la media, y demuestra su solvencia, pero no logro a comprender ese esfuerzo
innecesario en algunos temas, como la citada “Follow The Stars”, o “Goes Around
Comes Around”, de entrar en el grupo de rompecristales al uso. Muy mecánicas
sus interpretaciones; todo lo contrario que en el medio tiempo “Time To Say
Goodbye” o en la efectiva balada “Gone Like The Wind”; temas de tonalidades
medias en los que modula con mayor soltura y comodidad sus cuerdas vocales y
donde se aprecia esa transmisión de sentimientos, tan echado en falta y tan
importante para ser un vocalista destacable.

“Destination: Alive” no es la panacea universal, contiene grandes temas, unos
a destacar más que otros, pero sin rellenos a la vista. La dificultad reside
en mostrar su notable calidad en un mundo musical saturado en este género y
en todos los habidos y por haber. Aún así, posee grandes argumentos para su
adquisición.