Delamarca: Delamarca

Cuando a día de hoy uno ve (en el ámbito musical) que salen los que comúnmente conocemos como ‘los de siempre’ llorando por sus penurias a la hora de ganarse la vida, incluso llegando al límite de que eso podría llevarles a morirse de hambre (que digo yo, que hay que pensar lo que se dice antes de hacerlo, sobre viendo el mundo en el que vivimos), otros artistas ‘menos conocidos’ siguen empeñados en difundir su música, más allá de quejarse.

DELAMARCA son un ejemplo, y junto a ellos tantos otros, de un grupo que junta todos sus medios posibles para seguir realizando su sueño; y en ese sueño, intentan hacer partícipe a todas y cada una de las personas que, aparte de querer, tengan algo más de una hora: el tiempo necesario para descargarse su disco gratuitamente y escucharlo. Y es que no es algo nuevo, en eso estamos todos de acuerdo; pero ya se sabe que el dicho dice renovarse o morir, y este quinteto se une a la lista de grupos que regalan su música, así de sencillo. Y no es que sean unos chavales rondando los veinte años que estén empezando en esto, sino que sus tablas ya son dilatadas.

En sus comienzos fueron tratados injustamente como ‘el proyecto’ de los hermanos Arriols, Pepe de Skunk D.F, y Hev, ex-Coilbox. Demostraron que eran mucho más que eso, con un sonido fresco y difícilmente calificable. Pero ahora los hermanos se han separado, y a pesar de que la grabación la hizo el propio Pepe, en la actualidad cuentan al bajo con Marta de Abia, ex-Okinawa. Eso sí, su sonido sigue igual de inclasificable.

Aparte de ganarle a ‘Voilá’ en cuanto a la producción, creo que el salto más importante del grupo se produce en las letras de estos diez temas. Algunas de ellas directas y del todo inmediatas, y otras con metáforas y personajes que dejan más huella a posteriori. La música es un hecho que está a la altura de las letras, sabiendo llevar cada cosa a su momento. Las historias de ‘Duelo en Ok Corral’ y ‘Pasivo Agresivo’ son un comienzo de disco ideal, con unas melodías exquisitas, pero que son solo un aperitivo de lo que nos podemos encontrar después. La primera, más directa; la segunda, más emotiva, sobre todo en su tramo final. Pero como digo, son solo un simple aperitivo. Pero ya se ve que Nano Cañamares sigue tocando y haciendo lo que quiere con su batería, y que Roy Wasercier y Fernando Pedrajas crean melodías con su guitarra como si nada.

‘La Proeza del Sarcasmo’ es uno otra delicia, y uno de los ejemplos que decía más arriba en cuanto a su letra, que aunque pueda parecer simple, creo que esconde muchas cosas detrás. Un ritmo inicial machacón para después adentrarse en terrenos melódicos y envolventes, muy al estilo de ‘Iluminaria’, que encontraremos más adelante. Y ese es otro de los puntos donde ha ganado el grupo, en las atmósferas que crean en algunos cortes, como los juegos de efectos en ‘Carusso’. También tienen hueco para acelerar su ritmo en ‘De Ratas y Hombres’, que quizá pueda recordar un poco a su anterior disco.

Y sin desmerecer a todas las citadas, dejo lo mejor para el final. Por un lado, ‘La Regla de Platino’ y ‘Tacones de Gran Vía’, dos canciones de esas que pueden llegar a ponerte la piel de gallina y emocionarte de mala manera. Como contrapunto, otros dos temas mucho más personales, ‘La Puta Life’, donde no hay mucho que decir cuando el título lo dice todo (más aún en el estado que nos encontramos), y ‘Ventanas por Romper’, una vista introspectiva a la niñez, en la que más de uno nos sentiremos reflejados.

Resumiendo, una delicia de disco para empezar el año, y encima de manera gratuita. Una banda excitante, que se merecen algo más de lo que tienen. Perdón, quería decir mucho más… sobre todo por no quejarse de cómo está el panorama, sino haciéndolo frente. Rock, de acuerdo; pero, que cada uno lo clasifique como quiera, o como buenamente pueda. Porque si tienen un único punto débil, es en realidad fuerte: el no poder describir a DELAMARCA.