I Prevail: True Power

Los de Michigan reafirman su carrera con un magnífico tercer trabajo que los encumbra a la primera línea del metalcore actual.

Una vez superados los tópicos del metal tradicional (tras el epígrafe que se le quiera poner) es tan posible como gratificante navegar por todo ese subuniverso al que, de forma muy genérica, se le pone el adjetivo “alternativo”. I Prevail es una de esas bandas que entran en el circuito sin hacer mucho ruido, pero que por méritos propios se hacen, poco a poco, con un nombre dentro de un universo a veces demasiado denso por la sobreoferta de propuestas musicales.

Mientras su álbum debut, ‘Lifelines’ (2016), pasó sin pena ni gloria, el segundo trabajo de la banda, ‘Trauma’ (2019) obtuvo una nominación al Grammy al Mejor Álbum de Rock, y su tema “Bow Down” recibió una nominación para el Grammy a la Mejor Interpretación de Metal. Así las cosas, la banda encabezada por los frontmen Brian Burkheiser y Eric Vanlerberghe se enfrentan a este tercer trabajo con la intención, por una parte, de mantener esa línea ascendente que ha marcado su carrera, y por la otra, de introducir nuevos elementos a su sonido para enriquecerlo y no caer en el estancamiento musical.

La coctelera de Michigan

‘True Power’ es un disco sencillo y directo, sin grandes artificios, sin temas largos (quince temas con una duración media que no llega a los tres minutos por tema y una duración total de cuarenta y cinco minutos), pero con una propuesta musical muy particular.

El tercer trabajo de estos chicos de Michigan parte de una base muy en la línea de las grandes bandas del género como Papa Roach o los tristemente desaparecidos Linkin Park, pero mezcla elementos dispares tales como las partes rapeadas o la electrónica con otros que no lo son tanto, como growls cargados de agresividad y las voces limpias, estas desprovistas de cualquier atisbo de la estridencia propia del metal convencional. Los talentos de sus dos frontmen están perfectamente aprovechados.

Esta mezcla es muy palpable en temas como “Body Bag”, “Fake”, con ese inicio tan a lo Linkin Park, o “Long Live The King”. Estrofas semirrapeadas y estribillos poperos son sus marcas de identidad. No obstante, también hay cabida en ‘True Force’ para un acercamiento al metal extremo noventero. “Judgement Day” sería un ejemplo de ello. Finalmente, este ‘True Force’ también tiene momentos en los que la lucidez brilla por su ausencia, como en “FWYTYK”, tema que podría calificarse como trap-metal (hasta autotune tiene), o “Doomed”. Tal vez una balada no sea la mejor forma de finalizar un disco.

Luces y sombras de un trabajo decente

Es difícil no sentir un regusto agridulce al acabar de escuchar ‘True Force’. También es difícil no hacer una doble lectura de él. De un lado, si la pretensión es hacer algo diferente y captar al gran público, o incluso atraer las almas de los infaustos que simplemente “pasaban por ahí”, ‘True Force’ es un trabajo que puede conseguir fácilmente este objetivo.

Tiene los elementos indispensables para que, sin dejar de sonar a metal, tampoco suene excesivamente extraño ni añejo a cualquiera que haya nacido después del último cambio de siglo. Por la otra, ‘True Force’ es un trabajo que se pasa de “diferente”. Hasta tal punto es así, que sería absurdo pretender con él ganarse a las legiones de puristas y demás prisioneros de su propia estrechez de miras que pueblan conciertos y festivales. Mejor quedémonos con la parte buena.