Adam Bomb: Crazy Mother Fucker

Puede que algunos todavía recuerden al bueno de Adam Bomb, guitarrista de la etapa dorada de los 80 en la que empezó a tocar con Geoff Tate (Qüeensryche), estuvo tentado para entrar en Guns N Roses, tocó con Michael Monroe (Hanoi Rocks)  y consiguió cierta repercusión en la escena de hard rock. Bomb siempre ha sido amante de las juergas, fiesta y excesos y vive por y para su música. Puede que algunos le recuerden también en su faceta como Pink Gibson y en los desaparecidos Get Animal, que consiguieron brindarnos dos grandes discos de puro glam-sleazy en 1999 y 2000. La imagen de su guitarra rosa en llamas y la lluvia de confeti es algo que siempre irá unido a él. Siempre ha sido un buen amigo de Themetalcircus y cuando tocó en Barcelona hace poco asistimos a ver cómo las gasta a día de hoy.

Sigue peleando y se deja la piel tocando por Europa. Con decir que desde 2004 a 2010 ha realizado más de 1500 conciertos creo que ya lo digo todo. Una auténtica bestia del directo. Adam fue claro: “Hazme una crítica de este pedazo de mierda”, y ésta es su nuevo disco de rarezas: “Crazy Mother Fucker”. Bomb ha ido incorporando a su set list muchas versiones y la verdad es que se le dan muy bien. Encontraremos en los nueve temas cortes de gente como Bob Dylan, Sex Pistols, Michael Monroe, AC/DC o ¡Antonio Flores!

Sí, su mítica versión de “Siete vidas tiene un gato” ha pasado por la coctelera de Bomb y es un himno macarra al exceso. Rebautizada como “Siete lonchas tiene un gramo”. Ya era hora que pudiésemos disfrutar de ese clásico que lleva siendo paseado por los escenarios desde hcace un largo lustro. Destacan dos temas nuevos que demuestran que Bomb sigue manteniendo las musas de su parte. “Crazy Mother Fucker” es un trallazo sleazy contundente y pegadizo y “King of the World” es una maravillosa balada, posiblemente lo mejor del disco, con un delicioso toque Guns en acústico.

Las versiones están pasadas por su personal filtro y han quedado perfectamente adaptadas a su estilo. Destaca “Broken” de Dylan y el “Let There Be Rock” de AC/DC. Quizá la instrumental “Zoll” sea lo más flojo de un disco que entra a la primera, entretiene y engancha. EL grupo que lo acompaña suena potente y agresivo a pesar de que hoy en día Bomb ha sustituido a Fucker en la batería y su puesto lo ocupa una chica.

A pesar de que le tenga un cariño especial a este hombre no os engaño, esta etapa callejera, oscura y de madurez de Bomb sigue valiendo mucho la pena. Los dos temas propios son una pasada y podrían abrirle la puerta a alguna discográfica. Por otro lado recomendar, otra vez, esos dos discos de Get Animal y vuestra asistencia a sus conciertos, pues no deja a nadie indiferente, sigue siendo peligroso, y si no preguntádselo a la gente del bar de las Ramblas en el que tocó en su última visita a la Ciudad Condal.