Treat: Coup de Grace

Mucha atención con los suecos Treat pues empiezan a demostrar que están viviendo una segunda juventud y que lo de vivir de rentas y del pasado no vale para ellos. Si su anterior “Weapons of Choice” de 2006 ya demostraba que esta gente estaba dispuesta a hacer cosas grandes con este “Coup de Grace” hacen honor a su nombre y demuestran que no han perdido ni un ápice de la calidad atesorada en los 80. Lo verdaderamente enorme del disco y la clave de que todo funcione como antaño es la vuelta de Robert Ernlund al seno de la banda. Con él el reloj vuelve a funcionar y a marcar las horas como nunca. Y es que 20 años de ausencia… es mucho tiempo.

Aquí todo funciona e incluso de manera insultante. Su hard rock hace incluso palidecer a los nuevos valores suecos H.E.A.T. o a bandas tan prometedoras y hasta consolidadas como Wig Wam. TODOS y cada uno de los temas merecen toda la atención. o más que merecerla, hacen que te fijes en ellos a las primeras escuchas. Estribillos perfectos, coros en su sitio, instrumentaciones  y riffs que quedan y todo rubricado por una composición estelar.

Atención a “War Is Over”, “Papertiger”, “Roar” o “Skies of Mongolia”, todas sencillamente sublimes y como ejemplo de cómo poder componer en algo tan trillado y visto como es el hard rock y aún así demostrar que las cosas se pueden hacer bien sin sonar a desfasado, refrito o autoplagio. Si hasta cuando nos visitaron hace poco la gente se quejaba que no tocaran más temas de este disco, ¡todo un hito!

Hay momentos especialmente sublimes como la balada “A Life to Die For” con un Ernlund colosal y una banda exquisita. La producción es sencillamente perfecta y los coros son angelicales y en momentos destilan ese aroma Journey felizón. Hasta la portada es sumamente original junto a esas fotos de la banda en la que aparecen salidos del final de la batalla de Waterloo.

“Tangled Up” y “Im Not Runnin” se adentran en sonoridades más a lo Bon Jovi de su etapa más gloriosa aunque con un toque más endurecido y actual. Otra realmente lograda es sin duda “Heaven Can Wait”, de estribillo dorado y coros ampulosos, al igual que el espíritu Journey que revive en la espectacular “No Way Withut You”. Finalizan a lo grande con “All for Love” y “Breathless”. Muy pocas veces un disco de 14 temas es capaz de dejarte satisfecho y de convencerte de esta forma.

Poco más que añadir sino que estamos ante el disco de hard rock del año y eso que parecía difícil desbancar a Wig Wam. La Suecia hard rockera sigue obsequiándonos trabajos estelares y después de la invasión rockera-sleazy parece que vuelven los buenos tiempos del hard. Hazte un favor y ponte el random para ver con tus propios ojos y orejas que suene el tema que suene, convencen.