Chrome Division: One Last Ride

Cuatro años han pasado desde la publicación del último trabajo de los noruegos, 'Infernal Rock Eternal' (2014), y ya ha terminado la espera gracias a 'One Last Ride' (2018). Con influencias tan valiosas como Kiss, Black Label Society o AC/DC, ofrecen un sonido con tintes clásicos acompañado de una estética motera que da como resultado una banda de estilo rebelde, divertido y con personalidad. ¿La pega? Que se trata de su álbum de despedida.

La banda noruega juega con elementos del heavy metal y del hard rock para crear el sonido que más se adapta a sus preferencias. Han tomado la decisión de despedirse tras 15 años dando guerra, y lo celebran con su quinto y último álbum de estudio, ‘One Last Ride’ (Chrome Division), una vez más vía Nuclear Blast. Con Shagrath, vocalista de Dimmu Borgir, en sus filas, cuentan también con músicos de la talla de Eddie Guz, Mr Damage y Tony White. En estos quince años han cambiado su formación en determinadas ocasiones, pero han salido adelante a pesar de ello.

Echando la vista atrás, Chrome Division nació como un proyecto alternativo a Dimmu Borgir. Le han dado toda la prioridad que se merecía para crear algo distinto a lo que estaban acostumbrados, sin descuidar sus otras agrupaciones. Gracias a ello, a pesar de la falta de tiempo, se lo han currado para seguir sacando material con Chrome Division y continuar al pie del cañón. Han superado también el contratiempo que supuso la marcha de su antiguo vocalista, Shady Blue, recuperando a su cantante inicial, Eddie Guz. De esta manera tan romántica, por así decirlo, despiden la banda con el vocalista con el que la iniciaron.

‘One Last Ride’: talento, versatilidad y personalidad

Despegan con la intro «Return From The Wastelands», con un estilo que concuerda con su estética, como si fuera una película y sonara la música previa a una pelea en un bar de moteros antes de que estalle el heavy metal. Tras esta intro, salta «So Fragile», hardrockera, pero pesada. Las voces profundas y riffs intensos contrastan con las animadas percusiones y guitarras rítmicas para mostrar una versión personal de sus influencias en el hard rock. Y cuando empiezas a pensar que la canción puede pecar de simpleza, arrancan con un largo e intenso solo de guitarra que te quita esa sensación de golpe.

Continúan con «Walk Away In Shame», con la colaboración de la cantante de pop Misssela. Muestra un ritmo más acelerado que el tema anterior, y la colaboración de la artista Misssela le aporta todavía más frescura a una canción que logra animar a un muerto a base de riffs, coros pegadizos y una animada batería. Para mostrar su versatilidad, hacen un inciso en el ecuador del tema donde se ralentizan y cambian por completo la canción con un tramo instrumental de lo más interesante, para terminar por todo lo alto retomando el sonido inicial.

«Back In Town» aparece a continuación con un sonido y una estructura clásica, cargada de adrenalina, donde la aparente simpleza vuelve a mostrarse con tal cantidad de matices que demuestra que es tan solo aparente. Las guitarras vuelven a destacar una vez más con los fantásticos riffs y solos que bañan la canción de personalidad con su destreza y sonido propio. La voz contribuye aportando de nuevo ese aspecto de rudeza que evita que el estilo de la canción se ablande más de lo que desean.

Continuamos con «You Are Dead To Me», que recoge las características positivas que envuelven a las canciones anteriores, con un tempo más calmado contrastado por las durezas de la voz y las guitarras, siempre presentes y protagonistas. Una vez más, juegan con los cambios y las sorpresas para crear otro tema absolutamente ameno y cargado de matices. «The Call» nos acerca a la mitad del álbum en menos de un suspiro, siendo otra fantástica canción que pasa demasiado rápido. En esta ocasión, comienzan con un sonido más oscuro, que se arrima más al metal que al hard rock, sin perder ese estilo tan característico de los riffs que juega como hilo conductor del álbum a pesar de las diferencias entre sus canciones.

Chrome Division se despiden demostrando todo su potencial

La segunda mitad del álbum llega con «I’m On Fire Tonight». La edición especial del álbum incluye una versión en español de este tema, ya que Eddie Guz es chileno y, además, la ofrecen como pequeño homenaje a su fiel público latino. Se trata de una canción con alma heavy sin perder el espíritu hardrockero de la banda. Sacan la artillería pesada mostrando una vez más de lo que son capaces, derrochando autenticidad y talento sin perder ese estilo clásico.

Continúan con «Staying Until The End», cuyo ritmo se te meterá en la cabeza gracias a su efectiva y pegadiza simpleza compensada con sus característicos cambios y derroches de talento de mano de unos magníficos guitarristas más que bien acompañados. Juegan de nuevo con una perfecta cohesión del heavy metal y el hard rock con un resultado único. La siguiente, «This One Is Wild», es salvaje como su propio nombre indica. Mantiene ese espíritu gamberro con un añadido melódico que la hace animada y serena al mismo tiempo.

Llega el turno de la homónima «One Last Ride», en la que hacen mención a sus antiguos compañeros que formaron parte de la breve pero intensa historia de Chrome Division. Todo ello, en un manto musical que es puro hard rock con ese toque personal de la banda. El mensaje de gratitud a sus antiguos compañeros le aporta ese toque de nostalgia que se compagina a la perfección con la sentida melodía de la canción, a pesar de su ritmo animado y su sonido alegre.

Suben una marcha con «We Drink», con un espíritu heavy que deja atrás el gamberrismo hardrockero temporalmente para dar lugar a la velocidad, la adrenalina y un sonido más pesado y clásico. Despiden este magnífico álbum con la breve, intensa y melódica «Towards The Unknown». Termina así un álbum de lujo que, sin embargo, deja un sabor amargo al tratarse de lo último que escucharemos de los noruegos.