Estirpe: Buenos Días Voluntad

Originalidad, innovación, atrevimiento son ingredientes cada vez más buscados en el espectro musical nacional e internacional, y parece que de todos ellos Estirpe van más que sobrados. Si ya se habían labrado una importante reputación a base de interesantes y notables discos parece que el cambio de discográfica apenas les ha afectado, si más no negativamente.

Doce cortes a cada cual más experimental, con una sonoridad base bastante Muse, especialmente en temas como “Te seguiré” o “Entender la eternidad”. Pero como bien decimos es una base, y esta comparación nace especialmente de las grandes dotes vocales de Mart, que en momentos puntuales te puede hacer recordar a Bellamy. En la genial “Te seguiré” uno se verá sorprendido por fragmentos de rock andaluz y hasta scratches que no quedan nada mal.

“Entender la eternidad” empieza con un órgano que se mantendrá en segundo plano en un corte muy trabajado, algo íntimo pero muy certero. Mención aparte merece el inicio con “En el nombre de quién”, un auténtico cajón de sastre con ritmos arábigos y una línea de voz con coros que descoloca de primeras. Tras varias escuchas convence de verdad, pero aviso, son necesarias.

La producción que han logrado los cordobeses es perfecta para una banda que lleva el eclecticismo por bandera, pues de rock básico le pegan un volantazo hacia el metal, otro al aroma arabesco y todo dotado de samplers. Lo que podría ser un pastiche infumable ellos los convierten en temas con gancho y que suenan especialmente frescos.

“Otro mundo” es para mí su mejor tema por ese solo muy metal, por ese arranque contundente y por tener un estribillo que queda a la primera. El disco respira un aire multicultural con samplers en diferentes idiomas y con músicas del mundo en muchos temas. Definitivamente son una puerta abierta a la multiculturalidad y al buen gusto.

El estribillo con coros melódicos de “Me equivoqué” tiene madera de single y el violín de “El último pétalo” muestran que en temas más delicados sus ideas siguen funcionando de maravilla.

Las letras son otro gran punto a favor pues pese a tocar temas muy vistos no caen ni en los tópicos ni en lo panfletario, y consiguen una aura poética más que reseñable. “Nunca y siempre” puede ser el mejor ejemplo de ello. El final con “Seguir en pie” consta de 13 minutos de cambios de ritmo, estilos dispares y belleza. Hay en la segunda parte la inclusión del famoso discurso de Chaplin en el final de “El Gran Dictador” (juraría que lo es), todo un canto a la vida aunque ya lo habíamos visto en alguna otra banda.

A destacar la foto en el paredón, totalmente ramoniana y ese artwork del libreto tan trabajado. Si la lógica, siempre poco amiga del negocio musical, imperara en poco tiempo Estirpe debería estar en boca de toda España. Pero quizá para ello deberían haber ido a por un single fácil y más evidente que “Te seguiré”. Estos cordobeses son una prueba innegable que en España hay apuestas más que interesantes en el panorama musical, incluso alejadas del mundo del metal.