Brecha: Brecha

La escena astur goza de una salud inconcebible. No sabemos si será la fabada y la leche que llevan una de hierro que les hace crecer empuñando espadas, o si todo heavy que hay por allí tiene un grupo con calidad suficiente para poder vender discos y pasearse por toda la Península. Esta vez el grupo que nos ocupa no es precisamente de novatos, sino que entre sus filas se encuentra un viejo conocido: Juan Lozano, la primera voz de Avalanch.

Quizá muchos hayan empezado a conocer Avalanch a raíz de Los poetas han muerto o el Llanto de un héroe, pero en 1997 estos astures fueron capaces de dejar boquiabierta a la escena nacional aportando un disco que, aunque con una producción floja y con fallos típicos de novato mostraba a un grupo con ganas, ideas y con un futuro enorme. Fue una de las primeras bandas de aquí que se atrevieron con el power metal melódico y eso señores, no es moco de pavo.

Tras casi siete años en el anonimato Lozano da señales de vida y vuelve por la puerta grande. El ex Avalanch se ha juntado con una banda en la que destaca Tony Bustmante, guitarrista, compositor y ex Marvel. Tanto compañía como grupo parece que apuestan y confían ciegamente pues no hay más que ver la presentación del disco para convencerse. Booklet trabajado, vídeo clip, gran producción…

El sonido de la banda resulta ser un interesante cruce entre hard rock ochentero con algunos tintes del power melódico más actual y dejando siempre espacio para el lucimiento de su guitarra. En su single “Libre como un halcón” queda patente la influencia power así como en algún pasaje de la siguiente “Como un imán”, si bien la estructura de esta última es eminentemente hard rockera. Lo primero que cabe analizar es la voz del sr. Lozano, muy personal, casi podríamos decir que inconfundible. De esas que amas o odias y que a mucha gente nunca ha llegado a soportar. El corte “Luna Llena” es uno de los mejores momentos que guarda este compacto, medio tiempo con buen estribillo. Aún siendo un disco accesible os puedo asegurar que necesita de varias escuchas pues no entra de buenas a primeras. Quien busque similitudes con los primeros Avalanch contarles que aquí gozan por su ausencia, cosa que se agradece pues no se han limitado a ser una mera copia. Personalidad tienen, sino escuchad “No comprendo”, dominada por un riff claro, aderezada por un hammond de Orlando Bustameante y un gran solo de Tony. La estructura resulta compleja e incluye unos coros raros que descolocan y que ciertamente pensaréis a las primeras de cambio que están fuera de lugar. Momentos más duros en el estribillo de “Iros al infierno” dando un aire a las bandas clásicas de este país y otros más dulces como “Dentro de ti”. Los coros del disco son uno de esos elementos a los que han dado importancia fundamental. Han quedado bastante bien pero dejan la sensación de mejorables; las reivindicativas “El rock no morirá” o “Palestina” son un buen ejemplo. La original “Rayo azul” es sin duda uno de los grandes momentos del disco, atención a estructura, solo de guitarra y coros. Cierra la semibalada “Pesadilla”, uno de los cortes menos inspirados del disco. 

Correcto compacto de debut que apunta grandes maneras si bien no parecen explotadas al 100%. Los que no os guste la voz de Lozano dudo que disfrutéis este disco, pero bien merece la pena tan sólo por escuchar los devaneos guitarrísticos de Bustamante. Paso adelante de una banda que pese a no hacerlo nada mal puede quedar engullida por la constante aparición de grupos a la que nos someten las discográficas últimamente. Su misión es demostrar que no son uno más, a ver si se confirman en su segunda entrega.