Derek Sherinian: BLACK UTOPIA

Esta vez, aún proclamando la instrumentalización desquiciante como bandera,
el gran Derek Sherinian (PLANET X, ex-ALICE COOPER, ex-DREAM THEATER) ha logrado
evocar una serie de sentimientos sensoriales basados en la depresión envolvente.
“Black utopia” ofrece la posibilidad de evasión terrenal en forma de 9 pistas
instrumentales transmisoras de un bello pesimismo, el oyente, esta vez, no quedará
absorto ante la innumerable cantidad de notas interpretadas, también logrará
quedar perplejo ante el nivel compositivo que se transmite.

Antes de nada, es ciertamente asombroso el reparto que ha conseguido reunir
Derek para este disco, leyendas de la talla de Yngwie Malmsteen, Zakk Wylde
(OZZY OSBOURNE, BLACK LABEL SOCIETY), Billy Sheehan (MR. BIG, DAVID LEE ROTH)
o Simon Philips (JEFF BECK, TOTO) se unen, no para mostrar su talento en forma
de alardes elitistas, sino para encumbrar y participar en las piezas creadas
para la ocasión.

Obviando la introducción de “The fury”, el inicio de “The sons of Anu” se muestra
excesivamente inquieto en su crudeza, con unos riffs iniciales que flirtean
con el metal industrial para trasladarse a la tierna melodía de las guitarras
de Al DiMeola e Yngwie en su parte central, el corte se fulmina con las tendencias
estilísticas más psicópatas de PLANET X y con la agresividad inicial. De momento,
el disco sorprende en gran medida, aunque no logra escapar a las características
de cualquier creación de Derek. La genial “Nightmare cinema” sí adquiere un
alto grado de alabanza interpretativo, y es que el contraste entre los teclados,
los cuales simbolizan una melancolía necesaria, y el genial guitarreo hardrockero
de Zakk Wylde es de lo más llamativo del álbum. Otro de los títulos más interesantes
sería la genial “Axis of evil”, un tema que va ganando agresividad in crescendo
con una parte central altamente conmovedora, por no hablar de los entrañables
duelos a las seis cuerdas entre Yngwie y Zakk. A priori, los protagonismos del
plástico se los llevarían el conglomerado de colaboraciones, especialmente los
guitarristas, quedando el papel de Derek en la sombra, y, así es, esta vez ha
preferido que su teclado no se muestre tan demente e interprete un rol en el
cual se erige como la figura conductora, además de la que dota de un sentido
melancólico y existencialista al disco. Aunque si hablamos de feeling, no se
debería pasar por alto la guitarra de Steve Lukather en la canción “Sweet lament”,
quizás la más expresiva. La extensa “Black utopia” cierra el disco esgrimiendo
casi los mismos argumentos musicales que el corte inicial, un tema agresivo
en ejecución, pero, poseedor de un componente melancólico ciertamente notable.

Sinceramente, no me esperaba algo tan bien hecho a estas alturas por parte
de Derek Sherinian, más aún viendo lo alarmante de sus publicaciones junto a
Tony MacAlpine y Virgil Donati en PLANET X, pero, dejando de lado lanzamientos
junto a DREAM THEATER, creo que es de lo mejorcito que ha grabado en años.