Beyond Fear: Beyond Fear

Tres años han pasado ya desde que Tim “Ripper” Owens fuera invitado a irse
de JUDAS PRIEST ante la inminente llegada del “metal god” por definición, Rob
Halford. La sensación fue extraña: por un lado, hubo quien sintió pena porque
el pobre señor Owens había sido eliminado del mapa en pro de mayores ingresos
económicos para KK Downing y Glenn Tipton. Por otro lado, muchos se alegraron
de que la tan cacareada vuelta de Rob Halford se llevara a cabo finalmente.
La principal punto es que, a diferencia del caso de IRON MAIDEN y Blaze Bailey,
Tim “Ripper” Owens era respetado por los fans de JUDAS PRIEST debido a su portentosa
voz y su increíble entrega en directo. Pero los números no engañan: ¿recuerdan
ustedes el concierto de JUDAS PRIEST en la sala Razzmatazz de Barcelona? Que
tiempos aquellos! Ver a JUDAS PRIEST en una sala medio llena con poco más de
1100 personas era casi una noche íntima con ellos, en comparación con los baños
de multitudes junto a siete mil personas que la banda disfruta ahora en cualquiera
de sus visitas a nuestro país. Ahí reside la lógica de que PRIEST sigan adelante
con Halford y Owens haya tenido que emprender una carrera en solitario, ni
más ni menos.

Tras ser fichado en ICED EARTH al poco de su salida de PRIEST, Owens demostró que
adaptarse a cualquier banda no es el problema. Con Jon Schaffer demostró que
no hay banda que se le quede grande, aunque también tuviera que calzarse los
zapatos del insuperable Matt Barlow. En “The glorious Burden”, Owens aprobó con
nota y posteriormente, se encontró en la difícil situación de ver qué demonios
hacía con su carrera, ya que los problemas de salud de Schaffer estaban frenando
la posible actividad en directo de la banda. ¿Remedio? Ripper formó su propia
banda, BEYOND FEAR. Junto a algunos amigos de la escena y antiguos compañeros
de los añejos WINTER’S BANE – la banda donde militaba Owens antes de entrar
en PRIEST-, el vocalista dio forma a una banda que ahora, finalmente, presenta
su primer disco homónimo.

Quienes les vimos el pasado año en el festival Metalway, antes de que se editara
siquiera el disco, vimos un set desigual donde parecía que Ripper y los suyos
aún no tenían muy claro lo que estaban haciendo. Sin embargo, el disco es una
historia diferente: la indecisión brilla por su ausencia y lo que recibimos
es un discazo de Heavy Metal americano del de toda la vida con una voz cargada
de energía y buenos riffs capaces de sacudir la cabeza sin demasiado esfuerzo.

El primer disco de BEYOND FEAR se supone que debe asentar las bases de lo
que será la carrera futura de la banda. Imagino que el tema inicial, “Scream
Machine”, es una buena manera de auto-presentarse, con un Tim Owens cada vez
más maduro vocalmente y menos dado a gritar porque sí, aunque el titulo de
la canción diga lo contrario. Instrumentalmente, estamos ante un disco a medio
camino entre el Thrash de finales de los 80 y el Heavy Metal americano de toda
la vida, carente de ese toque radiable y casí dulzón que suele tener el género
en Europa. El trabajo de guitarras de sus amigos John Comprix y Dwane Bihary
es antológico, aunque me gustaría saber que podría haber resultado de una colaboración
entre Ripper y otros “afectados” por la vuelta de Halford a PRIEST, caso del
guitarra Metal Mike o el batería Bobby Jarzombek. Menuda bomba podría haber
sido eso!

Siguiendo con los temas del disco, queda patente el esfuerzo invertido en
hacer un álbum que no suene a “lo mismo de siempre”, aunque, obviamente la
banda no ha inventado nada. Canciones como “Coming At you” son energéticas
y con un estribillo marcial de indiscutible gancho, mientras que otras como “My
Last Words” mantienen un dramatismo que para nada las convierte en sensiblonas,
sino más bien en autenticas descargas de mal humor en forma de punteos oscuros
y sincopadamente rítmicos.

Si Ripper opta por seguir su camino en solitario, le deseo suerte. A fin de
cuentas, en ICED EARTH el no mueve el volante y nunca se sabe lo que te puede
pasar cuando tu no mueves el volante y simplemente eres una rueda de recambio.
Un buen disco que merece atención más allá del hecho de que se trate de un
ex –vocalista de JUDAS PRIEST.