BEETHOVEN´S LAST NIGHT

Sinceramente espectacular la nueva y tercera entrega de esta maravilla llamada TRANS-SIBERIAN ORQUESTRA. Sin lugar a dudas supera con creces sus anteriores discos (“The Christmas Attic” y “Christmas Eve and other Stories”) y como principal novedad destaca un acertado alejamiento de la música típicamente navideña. Esta vez, el maestro Paul O´Neill ha preferido jugar con una historia que se escribe entre lo ficticio y lo real sobre el gran maestro y compositor LUDWIG VON BEETHOVEN, quizás el primer heavy de la historia. En el aspecto más estrictamente musical, “Beethoven´s last Night” siguen teniendo en el piano su principal conductor, interpretado por Robert Kinkel y Jon Oliva, haciendo este instrumento clave para la música de la TSO, denotando tristeza, sinceridad y melancolía, a la vez que dando sentido y trascendencia escenificando la bella historia en formato sónico. También cabe recalcar que este álbum es, sin duda, el más cercano a la música de SAVATAGE, ya que si bien los anteriores mostraban amplias similitudes, “Beethoven´s last Night” podría haberse enfocado como un disco cualquier de los de Florida. El disco, magnificiente y poderoso, transcurre a lo largo de 23 temas soberbios que emocionan a su paso por los tímpanos. Componer 23 canciones, dejémoslo en atrayentes, debe se ampliamente complicado estando sólo al alcance de pocos privilegiados. Privilegiados que sí son Paul O´Neill, Robert Kinkel y Jon Oliva que hacen que cada pista dispare elogios y satisfacción. Podríamos hablar de “Midnight” (que abre el disco de manera solemne), de “Fate” (un canon típico de SAVATAGE, intenso y tenebroso), “Mephistopheles” (donde la voz de Jon lo llena de rabia y fuerza), “What is Eternal” (elegancia a raudales en un tema clave para el desenlace argumental donde la combinación de la música orquestal, el protagonismo del piano y la fuerza eléctrica de las guitarras muestran una fusión increíblemente natural), también es obligatorio citar “The Dreams of Candlelight” y “I´ll Keep your Secrets”, increíbles baladas interpretadas por Patti cargadas de ternura y sinceridad emotiva. Y así seguiríamos derrochando halagos y sin olvidar las tremendas “Mephistopheles´Return”, “Misery” y la excepcional balada “Who is this Child” la cual sumerge en un sentimiento sobrecogedor. Qué más se puede pedir. ¿Beethoven se hubiera imaginado semejante grandeza?