Battleroar: Battleroar

“Who raise their swords and ride to Valhalla”. Con esta cita representativa
del producto a describir y hallada en el interior de su libreto, BATTLEROAR
amenazan a las huestes del metal épico con un disco de debut tan innecesario
como arcaico, sin ideas y evidenciando por milésima vez la escasez de nueces
para tanto ruido.

Nueve cortes plagados de letras mentecatas y obsoletas, además de estructuras
metaleras basadas en el jurásico del género, acompañadas por una voz inocua
y una producción no muy alejada del maqueterismo, en la que destaca una notoria
influencia a METALLICA en el tratamiento del sonido de batería, son las claves
de este primer disco de la banda griega.

La inicial “Swordbrothers” sucumbe ya en sus primeras estrofas derrochando
ansia de culto a un arma como la espada (de acero, claro está) y logra adormecer
en su extenso minutaje sin sustancia. El resto de cortes se muestran simétricos
al citado, con la misma capacidad de somnolencia y sin ningún estribillo que
sobresalga de la estrofa convencional. Haciendo un gran e infravalorado esfuerzo,
podríamos llegar a destacar el título de “Battleroar”, incluso valorar tímidamente
la colaboración a la guitarra de Kerry Powel (OMEN) en la canción “Megaloman”,
pero, la tasación general del álbum, logra incluso provocar el anhelo del apogeo
máximo de la saturación del estilo de hace un par de años.

BATTLEROAR es una banda que, obviamente, no aporta nada, pero es que lo poco
que hace destila un gusto por la materia discutible. Hay veces en que una imagen
vale más que mil palabras y, se ha de agradecer que la portada plastidecorense
con reminiscencias a la del “Hail to England” que acompaña al cd sea tan representativa
de lo que acaece al abrir la caja.