Subway To Sally: Bastard

Con este título tan explícito se nos presentan los dioses teutones del folk oscuro, si mis cuentas no me fallan estaríamos hablando ya de su noveno disco de estudio, pero esta vez el balance es algo agridulce. Dulce pues es una enorme noticia que los Svbway hayan fichado por Nuclear Blast (aunque Universal era mayor no salía de sus fronteras) y sus muchos seguidores podamos disfrutar de unos discos que a mediados de los 90 era imposible conseguir, a no ser que te acercaras a Düsseldorf de compras. Y agrio pues por que han perdido ya totalmente el factor novedad y están completamente estancados en el estilo que ellos mismos crearon. Aunque digámoslo todo, cada vez venden más en tierras alemanas.., nº5 en listas consiguieron con el anterior NORD NORD OST.

Violines, arpas, oboes, violoncelos, orquestaciones, coros… es justamente el disco esperable. Y para nada hablaríamos de un trabajo monótono o falto de gancho, más que nada es que si desde el HERZBLUT ya notabais que la cosa se iba repitiendo un poco, BASTARD confirmará vuestras sospechas. El experimento con una orquesta sinfónica empezado en su anterior trabajo sigue vivo y dota de una grandilocuencia mayor a su sonido, pero poco más. Probablemente desde el 2001 que arrastran una pájara compositiva que afortunadamente es saldada a las mil maravillas en sus directos. La oscuridad folk domina un disco en el que olvidan que algunos de sus más grandes himnos tienen la gracia de mantener un toque festivo y más alegre. A pesar de todo sus más acérrimos fans disfrutarán con la balada orquestada y con múltiples voces arropando a Fish que es “In Der Stille”. Los medios tiempos a guitarrazo marcando el ritmo y dejando que violines y flautas dominen las melodías le marcan el pulso al compacto. “Meine Seele Brennt” abre fuego, y nunca mejor dicho pues juraría que la tocaron a modo de avance en Wacken entre llamaradas. Algo lenta para abrir el disco pero bastante definitoria de lo que nos presentan. A destacar el gran estribillo. “Puppenspieler” con voces distorsionadas o “Umbra” son cortes que no aportan nada nuevo ni tampoco destacan por nada especial, no diríamos que llegan a ser de relleno pero si se acercan al calificativo peligrosamente. Mejor están las cosas en “Auf Kiel” o la étnica y brillante “Voodoo”. “Wehe Stunde” mantiene la orientación sinfónica en una balada realmente emotiva y que probablemente quede in aeternum en su ya extenso repertorio de éxitos. Recuerda algo a esa maravilla titulada “Klein Aus Rosen” y les ha quedado muy cinematográfica. Siguiendo con los grandes momentos hay que resaltar “Die Trommel” como la mezcla perfecta de orquestación, composición y sonido tradicional de la banda. Y lo mejor para el final: “Tanz auf dem Vulkan” es la gran maravilla. Eléctrica, acústica, bailable, medieval, oscura y con unos coros ampulosos, complicados y espectaculares.

No es un caso nuevo el de Subway to Sally, pero la historia se repite: Son un secreto que conocen cuatro gatos fuera de sus fronteras, crean discos magníficos, pero a medida que crecen y van captando adeptos van perdiendo calidad compositiva y sus antiguos seguidores van quedando desencantados. Si es la primera vez que escucháis a los Sally obviamente es muy probable que quedéis impresionados por la fiesta oscura pagana con la característica voz de Fish, pero si me permitís un consejo, haceros mejor con cualquier recopilatorio, el acústico o los discos del 94 al 2001. ¡Si cierran cada año Wacken es por algo!