Nile: At the Gate of Sethu

Pese a no ser un amante de las ramificaciones más brutales del género Death Metal, siempre he sentido una especial predilección por NILE desde los tiempos en que debutaran con el irrepetible y monstruoso “Amongst the Catacombs of Nephen-Ka”. Y de eso hace ya casi 15 años, que se dice rápido, tiempo en el cual la banda norteamericana ha puesto en circulación 7 Lp’s, casi todos ellos intachables. De hecho creo que sus últimas obras mantenían el listón bastante alto, sin embargo, era de esperar que tarde o temprano sacaron un disco flojo y montonero y este momento ha llegado; señoras y señores con todos ustedes “At the Gate of Sethu”, el trabajo menos atractivo de todos cuantos NILE sacaron hasta la fecha.

Por supuesto, estamos hablando de NILE, nombre al cual difícilmente irá ligada nunca la palabra “mediocre”, y es que “At the Gate of Sethu” no es un mal disco, en absoluto, pero cuando una banda acostumbra a sus seguidores a entregar única y exclusivamente excelentes discos, el simple hecho de que su nuevo trabajo sea bueno o incluso notable puede resultar una decepción.

“At the Gate of Sethu” es un disco de NILE a todos los niveles. La producción es la que debe ser (aunque quizá menos densa y grandilocuente y sí más afilada y seca), la técnica desbordada está ahí, las escalas de guitarra orientales también así como los efectos, orquestaciones y capas sonoras casi cinematográficas. Pero tras 2 o 3 escuchas, la impresión que a uno le queda no es la misma que la que causaron en su día obras como su mencionado debut o “Annihilation of the Wicked”. Lo nuevo de los norteamericanos en mi opinión ha perdido algo de oscuridad respecto a entregas pasadas, recreándose quizá más en el Thrash Metal se podría decir que en el Brutal Death asfixiante de antaño, factor éste que resta efectividad a su propuesta. Del mismo modo, el hecho de que ahora predomine la voz thrashera muy por encima de la gutural, no juega en su favor creo yo.

De cualquier modo, todo esto no son más que apreciaciones personales. Donde yo veo flaqueza otros pueden ver innovación, evolución o superación. Una vez más, cuestión de gustos y opiniones. Sea como fuere, que una banda de la envergadura de NILE siga en activo tras 7 discos sin variar en demasía su propuesta ni dar el brazo a torcer, siempre es sinónimo de garantía. El resto son divagaciones de barra de bar que de bien seguro al propio Karl Sanders (así como a sus seguidores más acérrimos) le importarán un pimiento. Como siempre, extrae tus propias conclusiones y escúchate el disco, y en caso de no coincidir con lo aquí expuesto, cómpratelo. Eso sí, no te pierdas su gira para finales de año junto a KREATOR y MORBID ANGEL, en directo NILE siguen sin tener rival.