A pesar del impacto que tuvo sobre generaciones venideras, la NWOBHM fue el típico caso de explosión de un género musical que a medida que crece, alcanza su punto álgido y da comienzo a su decadencia, va dejando un rastro de cadáveres ilustres que hoy día se han convertido en objetos de culto por parte de los aficionados. Solo unos pocos de los integrantes de aquella recuperación frenética del heavy metal lograron, en menor o mayor medida, el éxito internacional : Iron Maiden, Def Leppard, y Saxon. Bandas que han logrado mantener su status, dedicándose a disfrutar de su condición de veteranos ilustres.

 

Existe otra clasificación, que podría referirse a los grupos que no consiguieron el éxito masivo en pos del cual fueron, pero si lograron concatenar una serie de Lps que fraguaron una carrera vigente hasta hoy día o tiempos recientes. Grupos como Tygers Of Pang Tang, Raven, Samson, Holocaust, Grim Reaper, Tokyo Blade, Atomkraft o Girlschool, que asumiendo su condición de miembros de clase popular del género han logrado sobrevivir como insignes recordatorios de mejores tiempos, desfilando por reuniones en las que se hace homenaje al añorado movimiento.

 

Por desgracia, como en todo fenómeno musical, la mayoría de los integrantes de la NWOBHM no lograron sobrepasar su condición de grupos underground. Los más afortunados fueron aquellos que lograron grabar un LP, algo al alcance muy pocos debido a las dificultades económicas a las que deberían hacer frente la mayoría de las bandas. De esta forma, la NWOBHM esta integrada mayoritariamente por una serie de formaciones cuya discografía no pasa de unos pocos singles y Eps, cuando no una serie de demos que han alcanzado cotizaciones desorbitadas en el mercado de segunda mano.

 

El último gran grupo lo formarían bandas cuyo mejor exponente podrían ser Blitzkrieg Jaguar, Diamond Head o Praying Mantis. Grupos que levantaron gran expectación en su momento , que han ejercido gran influencia sobre bandas posteriores, pero que por problemas internos o relacionados con las discográficas han destacado por una trayectoria irregular, con constantes saltos en el tiempo a lo largo de su discografía. El resultado son un conjunto de formaciones que no alcanzaron el éxito que merecían, pero lograron erigirse como bandas de culto que prácticamente cualquier grupo posterior no olvida de mencionar como influencia.

 

Angelwitch pertenece a este último grupo, siendo su caso más sangrante debido a que fue una de las pocas a las que se les brindó la oportunidad de lograr ser uno de los máximos representantes del movimiento a nivel comercial. No es fácil olvidar que se trata de una banda que siguió pasos paralelos a las de los hoy triunfadores Iron Maiden cuando ambos firmaron por la todo poderosa multinacional EMI. Cuando esta no se sintió satisfecha por los resultados de Angelwitch, los caminos de los dos grupos se bifurcaron hasta llegar a su destino actual.

 

A pesar de su errática trayectoria, Angelwitch logró dejar en sus comienzos un legado del que muy pocos contemporáneos de su país pueden presumir. La banda de Kevin Heybourne logró labrarse su prestigio encumbrándose como precursores de lo que hoy día se conoce como Thrash y Speed metal, incluso dejando hueco en sus composiciones para temas claramente deudores del doom. Un equivalente en cuanto a influencia por aquella época podría ser Venom –más asociados al underground-, con los que compartían las capacidad de escandalizar gracias a su continuo tratamiento de la temática ocultista, cuando no satánica. Pero a diferencia del trío de Newcastle, Angelwitch no se conformaba con la agresividad y simpleza claramente deudoras de Mötorhead, sino que logro cimentarse una personalidad propia gracias a su superior capacidad musical. Esto lo consiguió gracias a saber ejercer, como muchos de los grupos de aquel tiempo, de transición entre el heavy metal de los 70 y los nuevos aires que impregnaban el género en la siguiente década. De esta forma, en Angelwitch pueden apreciarse claramente influencias de grupos como Rainbow, UFO, Black Sabbath o los Judas Priest setenteros, con una fuerte presencia de coros, solos de corte neoclásico, una producción menos elaborada que la de tiempos posteriores y sobre todo un apartado vocal que dista mucho del exhibicionismo que caracterizó la década de los 80.

Probablemente sea “Angelwitch”, el tema homónimo del disco y del grupo, el que mejor encarna las cualidades de la banda. Su inicio es contundente, con un riff pesado que denota su posterior influencia en bandas Thrash. Sin embargo, a partir de ahí comienza una continua sucesión de armonías, velocidad, estribillos pensados para ser coreados para el público y un solo claramente de corte neo clásico. Una unión que delata su origen como single y que constituye una excelente forma de abrir el disco, con una declaración de intenciones de aunar la melodía con la contundencia. En este aspecto lo más destacable de esta canción -compuesta antes siquiera de que grupo contase con un nombre definitivo- es como en ella se muestra la afición del Angelwitch por los coros, que constituyen una base con la que amortiguar la agresividad de los temas, en consonancia con la mayoría de las bandas de la NWOBHM.

Unir estas dos facetas parecer ser la gran obsesión del grupo a lo largo del LP. “Atlantis” supone un buen ejemplo de la búsqueda de esta fusión, gracias aun un riff pegadizo por su contundencia y sobre todo un fenomenal solo, además de demostrar que ya en aquella época los bajistas comenzaban a ganar protagonismo, gracias a la fenomenal labor de Kevin Riddles. “White Angel” sigue la política de su predecesoras, con un medio tiempo afilado y varios cambios de ritmo que oscilan entre la melódica tranquilidad de algunas secciones y el rápido solo que caracteriza a esta canción.  

El grupo también denotaba que comenzaba a empaparse de influencias externas a la endogamia propia de la NWOBHM, algo evidente en un corte como “Confused”, más deudor del Hard Rock con el que Van Halen o Y & T se labraban su fama que con el sonido característico de las islas. Las influencias neoclásicas, probablemente provenientes de Rainbow, alcanzan su cima en un tema como “Sorcerers”, canción que a priori es la que baja la nota general del disco, pero que sube enteros al comprobar como a medida que el solo de guitarra se apaga se funde con uno de órgano.

 

“Gorgon” es una de las canciones menos ortodoxas de este LP, destacando este tema por el contraste entre su oscuro y contundente inicio, similar al doom practicado por Witchfinder General, pero que acaba derivando en el heavy metal de corte clásico de sus contemporáneos más populares. Y si este tema destaca por su falta de heterodoxia, ahí está una canción como “Sweet Danger” para poner la nota de oficialidad NWOBHM, gracias al clásico galope inspirado por bandas como Thin Lizzy o UFO y que tanto contribuyó Iron Maiden a popularizar.

 

Incluso hay sitio en este álbum para algo semejante a una balada, como “Free man”, a pesar de que escuchándola al completo resulta una canción difícil de clasificar. Si bien su comienzo es claramente una balada, su deriva a medida que avanza el minutaje es hacia una senda más contundente, que sobrepasa incluso el ámbito de las power ballads.

 

La tranquilidad de este último tema es el preludio a una de las canciones estrellas del álbum : Angel Of Death. Con diferencia el tema más rápido y agresivo del LP, en el que se destaca la sección rítmica y los fenomenales coros, con un Heybourne dando lo mejor de si y cubriéndose las espaldas con un riff contundente, haciendo de esta canción lo más parecido a un himno que hay en el disco.

 

Para concluir, la banda optó por “Devil Tower”, una instrumental que se limita a cumplir su papel de exhibición de pirotecnia sobre las seis cuerdas.

 

Con estos mimbres, Angelwitch tenia grandes posibilidades de erigirse como uno de los estandartes de su generación, pero por desgracia sus conflictos internos acabaron llevándola a su prematura desaparición tras el EP “Loser” en el año 81. Por fortuna, en el 85 el grupo se volvió a reunir y de ahí salió la formación más estable, con una vida de un lustro. Tras otra reunión y separación, en el 2003 una encarnación estadounidense de la banda volvió a los escenarios, quedando Hybourne como único vínculo con la formación original. Por el camino, varios álbum y sobre todo, la influencia ejercida por una banda, que como otras tantas, jamás lograron obtener el reconocimiento merecido.

 

Solo cabe esperar que las nuevas generaciones sepan brindarle a Angelwitch la oportunidad que en el pasado no se le dio, y que mejor forma de hacerlo con este álbum, el cual es fácil encontrar en dos ediciones, una con tres bonus tracks y otra con seis, siendo inexcusable su compra gracias a la calidad del material.

Jose Antonio Martín Pablos

Grupo:Angel Witch

Discográfica:Bronze Records

Puntuación:7.5

Canciones:

  1. Angel Witch
  2. Atlantis
  3. White Witch
  4. Confused
  5. Sorceress
  6. Gorgon
  7. Sweet Danger
  8. Free Man
  9. Angel Of Death
  10. Devil’s Tower

Año:1980