Amset: Amset

Ahora que muere el año, y una vez he conseguido uno de los discos que, quiérase o no, pasarán a la historia del 2003, tiempo es de hacer una valoración y crítica.

Han hecho correr ríos de tinta, han aparecido en todas las contraportadas de las más “importantes” revistas nacionales y han sembrado filias y fobias a lo largo y ancho de la Península.

Si miramos objetivamente a la formación nos encontramos a un quinteto de la Capital con juventud e ilusión, que han conseguido un apoyo económico extraordinario para lo que es habitual en discos debut en este país. La producción y las colaboraciones que encontramos en el compacto son también impropias de una ópera prima, pero queda claro que en el entorno de Amset hay algo que no es normal, o por lo menos… aquí no estamos habituados a ello. Con un look muy definido y una imagen más propia del rock-show de los 80, acaban de darle forma a un proyecto que, viendo sus extraordinarias características, no puede dejar a nadie indiferente.

La jugada publicitaria ha sido digna de aplauso pues han aparecido en todos sitios posibles, si bien no ha tenido en cuenta que la mayoría de heavies cierran puertas a cualquier producto que se venda como tal en radios y televisión. Así pues la legión de detractores es muy superior a la de defensores, haciendo que estos últimos defiendan a capa y espada a Amset bordeando la ridiculez en sus argumentaciones. Tampoco escapan los que se dedican ha echar mierda sobre el nombre de Amset cayendo en la moda anti sin haber escuchado ni dos acordes y basándose en lo que dice el de al lado.

¿Hay para tanto realmente? Sinceramente no. La juventud e ilusión esta vez no son suficientes para convencer, y queda patente que, si estos dos ingredientes son a mejor baza con la que juega Amset, es también la juventud y la voluntad las que pueden actuar de espada de doble filo. Juventud (en muchos casos) es sinónimo de inexperiencia y precipitación, dos de los factores que subrayaría en este ambicioso debut.

La producción y presentación así como logos, fotos del booklet son de cine, así de claro. Desgraciadamente estos elementos son meros accesorios que acompañan al disco en si. La intro con la que se abre el compacto roza un gran nivel, pero si entramos de lleno en lo que son composiciones hay una bajada de listón. En general la linealidad compositiva es uno de los principales hándicaps. La voz de Richi no destaca por su potencia y si quitamos los funcionales coros quedarían al descubierto muchas de sus carencias. El tema letrístico debería de ser pulido de cara a posteriores entregas, hay frases metidas con calzador. Lo mejor del disco lo encontraremos en los dos singles “El valle de los mercenarios” y “Necronomicon”, cortes de estribillo coreable que aún así no escapan de la monotonía compositiva. Cabe mencionar a “Hijos de las llamas” como otro de los mejores momentos del compacto, tema rápido y duro. Desafortunadamente las letras están basadas en los tópicos recurrentes del género y cortes como “Sed de sangre“ o “Inquisición” no pasan del suficiente. Otro de los retos a mejorar de cara a próximas entregas es la de mejorar como instrumentistas, pues pese a que su estilo tampoco necesita de grandes alardes de virtuosismo si que se agradecerían más detalles técnicos y no de manos de invitados. El teclado de Ismael le da un toque capaz de enriquecer bastante el sonido del combo, pero su presencia se limita al acompañamiento. “Máquina del amor” es una versión bastante desafortunada del “Love Machine” de WASP, pero su adaptación letrística deja bastante que desear.

Es evidente que si Amset hubieran llegado a la escena vía maquetera, como bien hace el 99% de las bandas de este país, tan sólo hubiesen cosechado críticas y se hubieren perdido en las estanterías de los críticos. Vía superproducción han cosechado insultos, fans acérrimos y estar en boca de todo el mundo. La escena metal no es como la de los 40 en que te pueden colar lo que quieran, aquí la gente está más puesta y sólo metiendo dinero no funcionan las cosas. Este primer trabajo esperemos que sólo sirva de presentación para futuras entregas más inspiradas, pero escuchando el resultado y viendo como han ido las cosas hasta este punto, creo que hay mucho trabajo para poder convencer a un nutrido grupo de detractores de lo más feroz. A estos chicos les ha tocado una lotería con la que muchos sueñan. Tampoco creo que merezcan una crítica tan sangrante por aprovechar la oportunidad que les han brindado. Si Siddharta, Cuatro Gatos o Darna (bandas con enorme proyección en mi humilde opinión) gozaran de sustanciosas cantidades de dinero para promoción, estoy seguro que también se encontrarían con el típico frente borrego amante de la crítica destructiva, pero en el metal esto funciona así. Sea como sea Amset han conseguido una de las máximas de Dalí: “lo importante no es que hablen bien o mal de ti, lo importante es que hablen de ti. Ahora estaría bien saber si esto es lo que esperaban Amset de su debut, ¿el aplauso o la fama?